Pensamientos de medianoche

Hace un año

Hace un año.

Hace un año que no entro en mi aula, un año desde que termine la secundaria dejando atrás el único lugar seguro que he conocido. Hace un año que no corro por las escaleras hasta el tercer piso, ni camino todas las mañanas por el mismo camino que ya me se de memoria, me atrevería a decir que incluso pudiera caminarlo con los ojos cerrados.

Hace un año que no nos sentamos juntos, ese grupito que se sentaba exactamente en el centro del aula. Turno tras turno riéndonos de todo incluso si no daba risa.

Hace un año que no me siento con mi mejor amigo para hablar de todo y de nada mientras mirábamos por la ventana y nos abrazábamos. Como si trataremos de mantener nuestras piezas juntas.

Hace ya un año de que Argentina ganase el mundial y toda la escuela lo gritase por lo alto.

Hace un año de que la profesora de biología no nos llamaba la atención por gritar celebrando que nuestras amigas entrasen en la escuela de artes. O de que nos riesemos de la forma de pronunciar de la profe de español.

Hace un año no nos reímos de las payasadas de los varones, fingiendo ser novios o discutiendo por tonterías. O nos quejamos de la bulla incesante que recorría el aula.

Hace un año que mis oídos dejaron de oír carcajadas constantemente y la calides dejo de abordar mi cuerpo para ser remplazado por un frío desgarrador calando cada célula de mi cuerpo.

Hace un año ya de nuestro ultimo día juntos. Nuestra última clase, la última vez que estuvimos todos juntos en el mismo lugar sin tener idea siquiera de que sería la última vez que lo haríamos.

Hace un año ya desde nuestro último abrazó. Hace un año ya de que abandonasemos el salón de clases.

Hace un año desde que le di el último abrazo a mi amiga para no verla nunca más. Hace un año que guardo un libro sin dedicatoria.

Hace un año que deje atrás mi primer amor y mi primera mejor amiga.

Hace un año de que tuve las mejores experiencias de mi vida. Hace un año de que descubrí los mundos más maravillosos que jamás pensé conocer. Hace un año de que tuve los mejores amigos con los que jamás llegaré a soñar.

Hace un año de que supe lo que era la autoestima. Hace un año de que me sintiera amada. Hace un año de que mis días se viesen dorados y mi banda sonora fuese de risas.

Hace un año de que lo malo importase poco una vez que llegaba a mi lugar seguro.

Hace un año de que fuera feliz.

Hace un año ya.

Pronto se hará también un año ya de nuestro ultimo verano juntos. Si nos hubiésemos imaginado lo que venía quizás nos hubiésemos abrazado más fuerte y nos hubiésemos visto con más frecuencia. Nos hubiésemos aferrado a la idea de memorizar cada recuerdo por más mínimo que fuese.

Se hará un año desde la última vez que nos juntamos una tarde todos juntos en el parque hasta que comenzaré ha anochecer, regresando a casa sudados y saciados de placer.

Hará pronto un año ya de la última vez que estuvimos juntas en la misma clase, sentadas una junto a la otra en la misma mesa, comiendo de la misma comida y riendonos de chistes que solo nosotras eramos capaces de entender.

Hará un año de esa triste noche en que te di un último abrazo tratando de no romperme y caer al suelo llena de desesperación y panico. Sintiéndome más sola de lo que lo había hecho nunca en mi vida a pesar de estar rodeada de personas.

Hará un año de que te tuve que dejartr ir sintiendo como te llevabas un pedazo de mi. Un año en el que no te he visto.

Hará un año de que fui feliz.

Hará un año desde que me he distanciado de todo lo que creí ser. Desde que me perdí, dejé de saber quien era, o como me veía, o quién quería ser.

Hará un año desde que comencé a luchar por no ahogarme en la soledad, pero negándome a conocer nuevos amigos, llorando de desesperación, esperando a que regresaran, como en los viejos tiempos.

Hará un año desde que los espero cada día, contando los días, las horas, los minutos, los segundos… cada maldito segundo.

Hará un año de todo. Las risas, el llanto, la confusión, el miedo, la felicidad.

Hará un año de la euforia.

Y pronto diré: “Hace un año”