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.Siempre supe que pertenecías a otro cielo, pero mi pecado era el egoísmo y yo te quería para mí.
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El reloj marcaba las 3:47 AM. Ella estaba sentada en el sofá de su pequeño departamento en Tokio, con las manos temblorosas alrededor de una taza de té que ya había perdido su calor. La televisión, encendida en volumen bajo, mostraba noticias sobre disturbios en Kanto.-Izana... ¿dónde estás?
Habían pasado tres días desde que él no volvía a casa. No era la primera vez que desaparecía por conflictos de bandas, pero nunca había estado tanto tiempo sin dar señales de vida.
Shira apretó el teléfono, revisando por enésima vez sus mensajes sin respuesta:
📱 Zana, por favor, dime que estás bien. (Enviado hace 18 horas)
📱 Si no contestas, iré a buscarte. (Enviado hace 6 horas)
📱 Apenas te vea te patearé el tracero, Kurokawa. (Enviado hace 2 horas)
Un nudo se formó en su garganta. Algo estaba mal.
-·-·-·-·-·-·-·-·-·-
El sonido de sus pasos resonaba en el frío pasillo del hospital cuando una enfermera la detuvo.
-¿Familiar del joven Kakucho?
-Soy... una amiga -Respondió, con el corazón acelerado luchando por contener sus emociones-. Acaban de avisarme que está aquí.
-Está en la habitación 402. Solo visitas cortas, por favor.
Al abrir la puerta, el olor a antiséptico la golpeó. Kakucho estaba pálido, con vendas alrededor del torso y moretones en el rostro. Pero lo peor era la expresión en sus ojos: culpa.
-Shira... -susurró, intentando incorporarse-. ¿Cómo es qu-
-Hablé con Haitani, me contó todo. -A pesar de estar apunto de derrumbarse, esperó un poco más. Se mostró muy diferente a como es ella normalmente, sería, segura, firme, como si nada pudiese intimidarla-. Pero quiero escucharlo de tí.
-No deberías estar aquí.
-¿Dónde está Izana? -preguntó ella, directa, con la voz casi quebrada-. ¿Por qué no responde mis llamadas?
-...
-¿Acaso no quiere verme? -Sus ojos se cristalizaron al pronunciar aquello, como si su vida dependiese de la respuesta que estaba apunto de recibir-. Ran es demasiado bromista, no creo que eso haya sido verdad.
-¿Qué fué... lo que te dijo? -Habló casi inaudible tratando de mantener la calma-.
La voz de Kakucho siempre transmitía paz, él era un ser que inspiraba confianza a cualquiera que estuviera a su alrededor. No por nada se ganó la amistad de la persona a la que le encantaba llamar "cuñada".
No podía verla a los ojos, no podía enfrentarla.
-¿Lo que me dijo? Que ustedes estuvieron involucrados con lo que salió en las noticias referente al "Incidente de Kanto" -Explicó de forma calmada al mismo tiempo en que sacaba de su bolso una bandeja de comida rápida que había pasado comprando para llevarle al chico de la cicatriz, colocándola junto a él en la mesita que estaba al lado de la camilla-. Lo más gracioso es que dijo que Izana había muerto, como si eso fuera posible.

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┆⃟🎴 𝑁𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑚𝑎́𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑢́ | 𝑂𝑐 𝑥 𝑐𝑎𝑛𝑜𝑛
FanficEn medio de la oscuridad y el dolor, Shira irrumpió en su vida como un destello inesperado. Izana, acostumbrado a caminar solo por senderos teñidos de sombras, encontró en ella un propósito nuevo. Aprendió a amar, pero más impactante aún, descubrió...