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—. Yo... No puedo ir más allá de besos —. Dije sin mirarlo aún

Alec me tomó del mentón obligándome a verlo, sus ojos escarlata estaban con el color más intenso. Alec se acerca un poco más a mi, con una sonrisa traviesa en su rostro.

No pude evitar volver a sentir la necesidad de besarlo y sentir su cercanía de nuevo.

—. No tienes que ofrecer algo más que eso —. Miro mis labios para volver a besarme.

•● Al día siguiente ●•

Me desperté de golpe levantándome de la misma manera, recordando todo lo que pasó ayer, los besos, las palabras y... Las caricias. No pasó nada más allá de eso. Trague saliva buscando a Alec con la mirada notando que estaba en la silla de mi escritorio mirándome con una sonrisa traviesa.

—. Sabes que lo que paso ayer... Fue un error verdad —. Dije mirandolo mientras su sonrisa se desvaneció por completo.

—. Un error... —. Repitió en voz baja, senti como sus palabras cortando el aire —. Si, supongo que lo fue. Nos dejamos por el deseo sin pensar bien las cosas

Me senté en la cama de nuevo viéndolo. Me pregunto que pensamientos pasan por su mente en este momento. No puedo enamorarme de él, de quién es parte del hombre que quiere acabar con el clan de los Cullen... Incluyendo a mi hermana.

—. Debemos ser conscientes de las consecuencias, Alec. No podemos dejarnos llevar por la atracción sin pensar en las complicaciones que podría tener para ambos —. Mi corazón se aceleró ante mis propias palabras Alec me miró y sonrió nuevamente esta ves fue una sonrisa coqueta y segura en sus labios, como si mis palabras no le afectarán en lo más mínimo. Su mirada intensa parecía desafiar mis preocupaciones y advertencias.

—. Consecuencias, complicaciones...—. Repitió Alec con voz suave y seductora —. ¿Acaso no sabes que soy experto en lidiar con eso? Soy un ser peligroso, parte de la guardia Vulturi, ¿no lo has notado? —. Sus palabras resonaron en el aire, envolviéndome en un aura de intriga. Alec se acercó lentamente, su presencia dominante llenando mi habitación —. Las complicaciones no me asustan, Beth —. Susurró en mi oído, su voz enviando escalofríos por mi columna vertebral —. De hecho, las busco. Me atrae la emoción de lo prohibido, de lo desconocido.

Sus palabras me dejaron sin aliento, sintiendo cómo mi resistencia comenzaba a desvanecerse poco a poco. Alec era un maestro en el arte de la seducción, eso estaba claro en este momento y sabía cómo jugar con mis emociones y deseos más profundos.

Pero algo en mí se mantuvo alerta, recordándome las advertencias y los límites que debía respetar. No podía dejarme llevar por sus encantos sin considerar las consecuencias.

—. Lo siento, Alec —. Dije con voz firme, alejándome un poco de él —. Entiendo que eres un ser seductor y provocador, pero debo protegerme. No puedo permitir que la atracción entre nosotros nuble mi juicio y me lleve por un camino peligroso en el que no pueda tomar el control.

Alec suspiró y se alejo un poco —. Eso no va a evitar que ahora te desee —. Alec me miró con una mezcla de frustración y deseo en sus ojos. Sus labios se curvaron en una sonrisa irónica y sus palabras resonaron en el aire, llenas de provocación y desafío —. Protegerse, tomar el control... —. Murmuró Alec, su voz cargada de sarcasmo —. ¿Crees que eso te mantendrá a salvo de mí? No te engañes, Beth. Soy un depredador por naturaleza, y cuando deseo algo, no hay límites que me detengan.

Mi corazón latía con fuerza, luchando contra la atracción que Alec ejercía sobre mí. Sabía que tenía razón en cuanto a su naturaleza, pero también sabía que no podía dejarme llevar por el deseo sin considerar las consecuencias.

—. Lo entiendo, Alec —. Respondí con voz firme, manteniendo mi distancia —. Pero no puedo permitir que mis sentimientos me cieguen. Debo protegerme y proteger mi vida, incluso si eso significa resistirte

Alec sonrió con una mezcla de diversión y aceptación —. Entiendo tu posición, Beth —. Dijo con voz suave —. Pero no puedo negar que mi deseo por ti.

Nos quedamos en silencio por un momento, la tensión entre nosotros aún palpable. Sabía que resistir a Alec no sería fácil, pero también sabía que debía mantenerme fiel a mí misma y protegerme de los peligros que acechaban y debido a eso pueda perder el control de la situación.

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Los meses pasaron con lentitud pero sin embargo ahora la felicidad era constante en mi. Bella se casara pronto con Edward. Además cumplí mis 18 años fue muy lindo y tranquilo, ya soy mayor de edad y eso me emociona pero sin embargo debo tomar las decisiones con calma y cabeza fría

Mi situación con Alec siempre estaba llena de coquetos desde aquel día. En este momento me encontraba viendo como Alice le enseñaba a Bella a caminar con zapatillas de tacón. Reí tanto al verla caminar mientras Alec estaba a mi lado viéndome cuidadosamente como reía por ver a Bella caminar. 

—. Bueno trabajaremos más en esto —. Expreso Alice con preocupación al ver a Bella arrastrar sus zapatillas

Mire a Alec dejando de reírme —. ¿Que?

El me miro y sonrió coqueto y cuando estaba apuntó de decirme algo Rosalie interfirio.

—. Tengo una carta —. Dijo elevando la carta —. Es para Alec —. Dijo sería

Alec se puse de pie tomando la carta entre sus manos, leyó la carta con cuidado y luego me miró con preocupación.

—. ¿Pasa algo? —. Pregunte frunciendo el ceño

—. Debo hablar contigo... —. Dijo caminando y lo seguí notando que nos regresábamos para mi casa

—. ¡Que pasa! —. Eleve la voz y él se giro a verme

—. Mi amo Aro pide que regrese de inmediato... Deberás quedarte con los Cullen... Y cuando regrese, solo te llevare conmigo a Volterra para ser transformada —. Explico —. Es todo lo que dice la carta

No pude evitar entrar en pánico, nisiquiera me había preparado lo suficiente como para recibir esta noticia.

—. No puedo ir... No quiero ir... —. Negué

—. Esa ya no es decisión mía —. Aclaro lo mire confundida pareciera otra persona —. Debo irme Beth

Alec me miró con una expresión de conflicto en sus ojos, como si también lamentara la situación en la que nos encontrábamos. Sabía que no podía cambiar las circunstancias, pero deseaba darle una despedida especial, algo que solo él y yo recordaríamos, algo que quedaría grabado en nuestra memoria, esta claro que no pasará nada y que tampoco haré nada... Debo recordar los límites que yo misma he puesto.

—. Adiós Alec —. Susurre

Alec frunció el ceño con cierta desconfianza.

Vi como Alec se iba con su rapidez vampirica mientras yo dejaba caer algunas lágrimas, suspire agobiada pasé mis manos sobre mis lágrimas para limpiarmelas obligándome a mi misma a dejar por un lado a Alec y a seguir con mis propios límites.

ForeverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora