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𝐘𝐨𝐮𝐫 𝐩𝐨𝐯: 11:41 p.m.
- Ma, ¿ya estás vestida? - escuché la voz de mi novia, Victoria.
Me di vuelta y la ví entrando a nuestra habitación, al verme se quedó estática, sus ojos se abrieron como plato y observó mi cuerpo.
- ¿Te gusta? - pregunté un poco insegura.
Su típica sonrisa traviesa se hizo presente y caminó hacia donde me encontraba.
- Coño, ma'... ¿todo eso escondes debajo de los hoodies que tienes? - habló mientras mordía su labio inferior.
Sentí mis mejillas arder y bajé la cabeza para que no me viera, pero su mano tatuada agarró con delicadeza mi mentón.
- Te vez bien fucking rica, mamasita. - susurró y dejó un beso sobre mis labios.
Sonreí levemente y ví como miraba mi cintura.
- ¿Puedo poner mis manos sobre tú cintura? - preguntó y la miré con ternura.
Nunca me habían pedido permiso para tocar alguna parte de mi cuerpo, y que ella lo haya hecho... me hacía más que feliz y me daba más seguridad para dar el siguiente paso.
- Adelante, puedes hacerlo. - le respondí soltando una leve risita y sentí como lentamente posaba sus manos sobre mi cintura.
- Si te llega a incomodar, dímelo. - habló y coloqué mis brazos alrededor de su cuello - Eres tan jodidamente perfecta. - murmuró mirándome directamente a los ojos.
Sus hermosos ojos me hipnotizaban, eran como una droga que hacía efecto en menos de un segundo y lo amaba.
Ví como su mirada bajó a mis labios y decidí dar el siguiente paso por mi propia cuenta. Me puse de puntillas (ya que era muchísimo más bajita que ella) y uní nuestros labios en un beso apasionado.
Al principio noté como se sorprendía, pero luego lo correspondió y me acercó más a su cuerpo.
𝐘𝐎𝐔𝐍𝐆 𝐌𝐈𝐊𝐎 𝐩𝐨𝐯:
Ver que ella tomó la iniciativa para besarme, hizo que sintiera mariposas por todo mi estómago, pues yo siempre era quien la besaba y eran solo besos de pico, ni siquiera había podido tocar su cintura o alguna otra parte de su cuerpo en el tiempo que llevabamos viviendo juntas.
¿La razón? Mi pequeña anteriormente había estado en una relación muy abusiva... ese cabrón la golpeaba, tocaba y la obligaba a tener relaciones con él. Eso la afectó tanto que dejó de mostrar su cuerpo y comenzó a odiar el contacto físico, fue un proceso muy difícil, pero siempre estuve para ella. Desde que eramos simples amigas, hasta ahora, llevando ocho meses de noviazgo.
Nunca la había forzado a usar ropa corta (tops, minifaldas, vestidos cortos, etc) pues quería que ella lo hiciera por su propia cuenta. Y al fin lo había hecho, pero solo para mi.
Su pequeño cuerpo se veía tan jodidamente sexy en esa ropa de encaje..., pero no quería hacer algo que la hiciera recordar a ese hijo de puta. Jamás me lo perdonaría.
Nos separamos del beso por falta de aire y sentí sus dedos acariciar mi cabello.
- Vicky... estoy lista. - susurró mirándome a los ojos y fruncí las cejas.
- ¿Lista para que, ma'? - pregunté confundida.
En un abrir y cerrar de ojos, me encontraba sentada en una esquina de la cama con mi chica sentada sobre mi regazo.
Oh... creo que ya lo entendí.
Miré sus mejillas tan rojas como un tómate y comencé a hablar - ¿Segura que estás lista? No quiero que te sientas forzada, ma'. Mejor esperam...- pero fui interrumpida cuando sus labios gruesos atacaron los míos.
Bajé mis manos a su trasero y lo apreté con fuerza.
- Mgh... - la escuché jadear.
¡Puñeta, al diablo todo!
Rápidamente, me levanté con ella en brazos, la recosté sobre la cama y comencé a bajar mis besos por su mandíbula.
Tenía un olor y un sabor exquisito, estoy segura de que sería mi nueva y única adicción.
- Prepárate, ma'... que hoy vas a gritar mi nombre. - susurré bajando mis besos por su abdomen.
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