UN ESPOSO PARA UN MAFIOSO--- CORRIGIENDO....

36

Llora porque en su mente y en su corazón lo deseaba.

—¿Qué te pasa, Jimin? Tú no eres así, déjalo que se folle a quien quiera. ¿Por qué lloras?

En su mente trata de calmarse, controlar lo que siente.

—No... Es que te enamoraste de ese imbécil. Sin duda no te ha llamado porque tiene mejores asuntos que atender. No vale la pena felicitarte por salvarle el pellejo.

Se limpia las lágrimas y se niega a creer que se enamoró de ese hombre, aunque el sentimiento está latente. No es así, porque el poco sentimiento que surgió en él se acaba de quemar, quedando solo cenizas y la tonta idea de que él pudo ser el hombre al que le podía entregar su inocencia.

Sin duda la maldad de Sofía no tiene precio. Estaba tan enojada de que todo saliera tan bien, que no podía dejarlo disfrutar ese triunfo, sabiendo que Jungkook ahora lo hará intocable. No permitirá que nadie esté por encima de él, y eso la hace enfadar mucho. El desgraciado es astuto, tanto que Jungkook no tardó ni diez minutos con Lisa después de que el avión despegara, y por ello sabe que Jimin causa un gran efecto en Jungkook, como ninguna mujer que ha pasado por su cama. Para romper cualquier posibilidad de felicidad entre ellos, sabe lo orgulloso que es Jimin, y sin duda una traición como esa no se la perdonaría. En el peor de los casos, arruinaría su día... y el de Jungkook.

—Harás que te vuele la cabeza si se entera de esto.

—¡Me vale! ¡Que se joda! A mí nadie me trata como él lo hizo, ¡y mucho menos por ese asqueroso recién llegado!

—Pues ese "asqueroso" es su esposo. Y si logró deshacerse de Lisa, sin duda lo hará contigo.

Paulo está seguro de su cuñado, ya que ha demostrado ser de armas tomar.

—Ya lo veremos. Pero mientras yo viva, ese no será feliz.

Jimin no puede creer lo que Sofía le dijo, y sus pensamientos están siendo consumidos por las imágenes de cada caricia, cada beso de Jungkook, que para su mente le parecían genuinos. Toma de su trago hasta el fondo y se mete a la piscina. Se hunde hasta el fondo de ella, tratando de que su decepción se hunda con sus lágrimas, sin saber que afuera los hombres de Jeffry empiezan a bajar de sus coches, matando a los hombres de Jungkook.

Jimin escucha un gran ruido y sale a la superficie. Nota a los hombres moverse por el lugar y piensa que es Jungkook quien llegó. Toma su bata y se cubre, caminando a la entrada, donde se detiene por los disparos. Un hombre al que no ha visto da órdenes a unos encapuchados:

—¡¡Vayan, tráiganmelo!! ¡Quiero al esposo de Jungkook, ahora!

Siente nervios. No sabe qué pasa y se da la vuelta. Trata de esconderse detrás de la pared mientras los hombres se adentran a la casa. Disparos suenan en el lugar y él no puede moverse. Jeffry está parado en la vidriera, viendo el área de la piscina. Jimin trata de controlarse y nota su celular a unos metros. Suena, pero no puede acercarse.

Mientras, Jungkook activa las cámaras desde su celular. Su enojo, sus nervios y la ira lo están sacando de control. Nadie sabía de ese escondite. Ese imbécil de Ramsés lo jodió todo. Al entrar a las cámaras nota a la mayor parte de sus hombres muertos, y a dos tratando de sacar a Jimin de la casa.

Jeffry mira a la piscina. Puede ver el miedo en los ojos de Jimin, quien trata de controlarse.

—¡Vamos, acelera, porque si se lo llevan los mato a todos!

—Vamos lo más rápido que podemos, señor. Confíe en que él sabrá cuidarse.

—Es inteligente, sí, pero no sabe defenderse. Si lo toca, pondré el puto mundo de cabeza. Y ese tratado se va al carajo. Me follaré a la puta de su mujer en sus narices, ¡eso júralo! Y luego le doy un balazo.