La puerta

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Al otro lado de la puerta se esconde el mañana,

un lienzo en blanco esperando mis pasos audaces,

allí donde los sueños se mezclan con lo desconocido,

y el corazón late al ritmo de un destino por escribir.

Atrévete, susurra el viento en la cerradura dorada,

el futuro aguarda entre sombras y promesas,

y en cada latido descubro la llave que me pertenece,

para abrir la puerta hacia el horizonte infinito.

Pero tengo miedo, un miedo que pesa como plomo,

miedo de lo que vendrá, de no ser capaz,

de no alcanzar lo que mi mente sueña.

Quiero volar alto, pero me paraliza la duda,

no sé si tengo las alas para elevarme,

o si simplemente caeré al intentar despegar.

Siento el peso de una maleta cargada de responsabilidades,

un camino por crear y caminar con pasos inciertos,

sueños que parecen inalcanzables en la oscuridad,

y una vida por vivir que se me antoja laberíntica.

Entre mis anhelos y mis temores,

no encuentro un orden claro,

solo el eco de mis sueños resonando en la penumbra,

ideas que se desvanecen como sombras fugaces.

¿Cómo dejar de pensar y simplemente ser?

Es la pregunta que se pierde en el silencio,

mientras el miedo se aferra a mi piel como una sombra,

recordándome que el vuelo siempre conlleva el riesgo de caer.

En el eco de la llave perdida y encontrada,

se entrelazan mis pasos, unidos en el tiempo,

pasado, presente y futuro convergen,

en la trama eterna de mi propia aventura.

Llaves del tiempoWhere stories live. Discover now