Carta a un sicólogo

11 0 0
                                    

"Oye, Nao....
¿Recuerdas la vez que nos conocimos?

Quizás yo fuese una mujer abandonada por la esperanza.

Había caído en un abismo del que pensé no poder salir jamás.

Todas las palabras de las personas, todas las recomendaciones.

Todo aquel apoyo en vano que tanta gente dirigió hacia mí con la inocente esperanza de poder cambiarme el pensar...

Pero tantas palabras, y ninguna obedecí.

Mas sin embargo, cuando escuché por primera vez todas aquellas rebuscadas palabras repetidas por tu voz...

Supe que contigo sería distinto.

Mis padres pensaron que quizás yo fuera una inmadura, una estúpida, por quejarme de cosas tan simples, tal cual según ellos lo eran mis problemas.

Y gracias a alguna fuerza superior que los decidí ignorar; quizás mi bajo ánimo me hizo pasar por alto sus palabras.

Pero aun así todo el odio que dirigiera hacia ellos por mi parte, tú lograste que yo pudiese superar tal coraje.

Quizás fueron tus palabras las que me animaron a continuar, las que me animaron a poderme disculpar.

Y no solamente a los demás, sino también a mí misma.

Quizás, sin tu ayuda, yo no hubiera tenido la posibilidad de escribirte esto, ni de salir de tal abismo.

Quizás, sin tu ayuda, mi materia hubiera sido transportada por mi propia mano a un lugar al que todos llaman "mejor".

Oye, Nao, dime:

¿Cómo es que alguien que ayudó a salir a alguien de una pesadez como la mía, terminó cayendo en el abismo del que tanto me costó salir?

¿Conozco tan poco tu vida, como para desconocer tus motivos?

Oye, Nao:

¿Quién hubiera sido capaz de salvarte a ti?

¿Cómo iba a saber yo, que una persona tan hermosa como tú acabaría así?

Oye, Nao:

Ya pasó un año desde tu partida...
Y en verdad, me parte el alma, saber que a ti nadie te pudo ayudar.

Oye, Nao:

¿De verdad todo es mejor allá?".

Carta a un sicólogo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora