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Los juegos previos antes del sexo son lo que más calienta a Uriel. Pero, algo que más ama que eso es el sexo con Nicolás, al mismo también (Aunque es secreto ni siquiera el mismo lo sabe), es divertido, atrayente su forma de ser, aunque tenga cierta curiosidad por saber cómo terminó ahí, porque ciertamente no parece del tipo que guste grabar videos porno, siquiera mirarlo, no se atreve a preguntar.
Es tan fácil calentarse si al verlo se siente tan débilmente embobado, no sabe que lo deja haci pero no quiere que pare.
Uriel confunde su atracción por satisfacción con el sexo, es difícil, si era tan pequeña la diferencia entre sus compañeros que él no la notaba, sin embargo ahí estaba, pudiendo ser el último en notar su especial comportamiento cuando está a su lado, piensa en él como un mejor amigo.
A pesar de la extraña relación que lleven, saber que ilumina su mirada verlo pasar, o el simple favoritismo al grabar, hace tan diferente su forma de amar.
Si habla del sexo con él admite que es fascinante, como un dato curioso ; fue con él su primera grabación, quien por primera vez tocó su cuerpo con hábiles manos ya expertas, que se quedaba corto con su reciente conocimiento en su nuevo trabajo. Al pasar el tiempo también pudo volverse un experto. Aunque siguiendo con lo anterior, si tiene que hablar de su pene debe admitir que le agrada su gran tamaño, aveces Nicolás gusta de susurrar cosas bonitas en situaciones comprometedoras, cuando está con la mente en el cielo apenas escuchando el sonido de sus gemidos, son palabras dulces que hacen a su rostro sonrojar más, aveces, suele ser muy vulgar a la hora de expresarse mientras tienen sexo, no es frecuente por lo que él mismo admite que le desagradan las malas palabras, o tales groserías que degradan, es más de acciones que palabras, prefiere realmente dejarlo cojeando que hablarlo.
...
El sueño cayo pesado en la noche, estando aún Nicolás en su casa, le permitió quedarse por un momento entre amigos solo hasta que despierte y se desvelan jugando videojuegos, la televisión se tornó aburrida durante un rato, viendo siempre los mismos canales, soltó un suspiro bajo mientras la apagaba, preguntándose cuando despertaría Uriel, quiso ir a verlo a su habitación solo un momento.
Al estar parado frente a la puerta entre abierta en silencio sin rechinar la abrió lentamente, quedándose en el marco de la puerta con la vista de su amigo frente a él durmiendo, entre brazos cruzados, tenía que admitir que ciertamente siempre le pareció atractivo, eso sin decir, que alguna que otra vez su imaginación haya provocado una erección con pensamientos subidos de tono junto a él, y mordió su labio inferior al recordar aquello.
Estando descubierto de algún tipo de manta o cobija que lo cubriera del inevitable frío en su habitación, con unos shorts demasiado cortos que se alzaban mientras se movía contra la cama, su rostro tan tranquilo... Y, Mientras más lo veía más se deleitaba.
