Capitulo 11

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 No sabría si decir que aquello era lo correcto, su mente decía que no, que era demasiado pronto, pero su corazón le insistía en olvidarlo y entregarse. ¿Razón o corazón? ¿Cuál elegirías tú? El corazón puede darte felicidad, es verdad, pero la razón ayuda a que nadie salga perjudicado.

Lami había empezado un proyecto escolar con una compañera de clases y entregarlo al día siguiente, pero como no habían alcanzado a terminar, su compañera la invitó a dormir a su casa, donde podrían seguir trabajando y terminar su proyecto, además de que su papa las llevaría a la escuela al día siguiente. Ante aquello, Law y Alieya no vieron ningún problema en aquello, así que la ayudaron a armar una pequeña mochila, la llevaron a la casa de la amiga y se despidieron de ella con un beso en la mejilla.

Estaban los dos solos en la casa de Law esta vez, cenaron como era costumbre, aunque se sintió algo raro no tener a Lami con ellos, pero de todas formas hablaban para distraerse un poco. Terminada la cena, se pusieron a ver una película, pero dicha película dejo de ser interesante a la media hora cuando ambos tortolos decidieron empezar a besuquearse.

No obstante, el beso lentamente empezó a transformarse en uno más intenso y hambriento al mismo tiempo en que el calor comenzaba a invadir el cuerpo de ambos. Ambos sabían que estaban a punto de cruzar la línea y lo mejor sería detenerse, sin embargo, ninguno de los dos quería detenerse.

Se separaron por falta de aire luego de unos minutos, jadeando algo excitados y mirándose a los ojos, viendo el deseo en ellos. No hizo falta palabras, Law cargó a Alieya hasta la habitación y la depositó en la cama para en seguida colocarse encima de ella donde nuevamente volvieron a besarse.

Law devoraba la boca de Alieya como si se tratara de un manjar extraordinario, bajo sus besos a su cuello, lamiéndolo y succionando su piel, dejando marcas muy notorias en estos mientras con su mano acariciaba lentamente por debajo de la ropa a su novia. Los suspiros y jadeos por parte de Alieya eran música para los oídos de Law, quien comenzó a retirar su ropa, primero sus pantalones y posteriormente su blusa dejándola en ropa interior.


—Ali-ya...—musitó Law a su oído, provocando un leve sonrojo en las mejillas de la joven por el apodo.


En un movimiento ágil, Law liberó los pechos de Alieya, tomó uno y empezó a masajearlo, mientras se encargaba del otro con su boca. Ante esta acción, más suspiros y jadeos salieron de la boca de la chica, cruzando las piernas sintiendo un leve cosquilleo en su parte baja.

El joven con ojeras juntó sus pechos y chupo, succiono y lamió ambas puntas, provocando que Alieya soltara un gemido un poco más alto que anteriormente. Permaneció con ambas puntas de la chica dentro de su boca hasta que finalmente decidió que era momento de jugar con aquella zona.

Llevó una de sus manos a la entrepierna de la chica y comenzó a acariciarla por encima de sus pantys, frotándola y haciendo círculos, sintiendo como de a poco se iba mojando cada vez más y más. Sin ninguna delicadeza, retiró la ropa interior y se posicionó entre las piernas de ella comenzando a devorar su parte.

Alieya soltó un grito de placer al sentir la lengua de Law ahí abajo, sentía como jugaba con su clítoris, lamiendo, chupando y succionando su botoncito y sus jugos. Hacía tiempo aque no tenía relaciones sexuales, aquello era verdaderamente el paraíso, su mente estaba nublada por el placer, si asi era solo su lengua... ¿Qué le esperaba cuando él entrara en ella?


—¡La-Law! —gimió Alieya con fuerza, estaba a punto de venirse, pero Law se detuvo— Hey...eso es trampa.

—Todavía no Ali-ya...—dijo Law retirándose la camisa él mismo y quitándose los pantalones, mostrando su miembro completamente duro.


The Legacy of a TragedyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora