Las luces parpadeaban y me dolian los ojos.
ALTO!, ¿LUCES?.
Abrí los ojos de golpe, pero al instante los cerre.
— Ay! — me queje sobandome los ojos.
— Mas cuidado al abrir los ojos de golpe cariño — advirtieron detras de mi.
— ¿Quien eres? — pregunte alarmada.
— La que te salvo — hablo con un tono medio ofendido.
Alto, ¿salvarme?
Parpadeé un poco hasta acostumbrarme a la luz.
Al acostumbrarme a ella, una figura femenina aparecio en mi campo de vista.
— Soy Amaía — sonrió
— Un gusto Amaía, yo soy.... — Amaía alzo una ceja esperando mi respuesta. — No se quien soy... — mi cabeza quedo en blanco.
¿Quien soy yo?, ¿De donde soy?, ¿Cual es mi edad o mi nombre?.
Muchas preguntas que estaba teniendo en ese momento y eso Amaia lo noto.
— No te preocupes, mejor dime ¿Que hacias haya en esa montaña? — ¿montaña?....
— OH claro la montaña!, recuerdo que estaba yo sola mirando como todo iba a explotar... Y cierto, no estaba sola HABIA ALGUIEN CONMIGO! — su voz se escuchaba y se repetia una y otra vez en mi cabeza.
— ehm... No — mi cara ahora era de mas confusion —. estabas tu sola.
— Yo sola.... — cerre mis ojos un momento, pase mis manos por ellos y los deslize hasta la parte trasera de mi cuello.
Mire a Amaía y me di cuenta de que se veia bonita, hace mucho no veia a alguien.
Ella tenía la piel morena, cara triangular tipo V, unos ojos verdes, pestañas largas, labios un poco gruesos, nariz respingada, su cabello medio ondulado y de cafe oscuro.
Su cuerpo no se le hacia tan visible por su ropa holgada.— ¿Pasa algo?, ¿Tengo algo en la cara? — pregunto pasando su mano por la cara.
— No, no pasa nada, solo... Te admiro — sonrei
— ¿Admirar? — levantó la ceja y se sentó en la orilla de la cama.
— Si, tu belleza — Amaía se quedó quieta y un pequeño pero no tan notable sonrojo apareció en su cara.
— Ay niña por favor, tu estas mas bonita — soltó una carcajada y se levantó de la cama.
Hace tiempo que no veía mi cara, tan feo fue todo para olvidar lo más importante de mi.
Me quede un rato en mis pensamientos, pero no duro mucho por el ruido de afuera.
Estaba dispuesta a levantarme, pero un dolor se hizo presente en mi pierna.
Al mirar esta estaba cubierta por una venda y de esta misma se veía un líquido rojo.
Pase mi mano por la venda y sentí de nueva una punzacíon.
— Mierda, dueleEl rechinido de la puerta me asusto y salté un poco en mi lugar, volviendo a causar dolor en la pierna por el apoyo que hice.
— No, no, no. Debes quedarte en la cama — regaño Amaía.
— Solo quería saber que era todo ese ruido — Amaía se colocó en frente de mi y me recostó otra vez en la cama.
— Cuando tu herida sane podrás salir, ahora solo duerme un poco — ella sonrió.
— Que gran idea, volver a dormir, como si lo de la explosión no fuera suficiente — sonreí sarcásticamente.
— Oh! es cierto — levantó los hombros avergonzada.
— Da igual, como quiera solo fueron como 4 días, eh de suponer — iba a acomodarme pero la cara de confusión de Amaía se hizo presente —. ¿Que pasa? — me senté haciendo que mi espalda quedara pegado al respaldo de la cama.
— Chica... Fueron casi 6 meses — mi pequeña sonría desapareció.
— 6.... ¿6 meses? — como era posible estar casi dormida por 6 meses. ¿Acaso me creía la bella durmiente o que? —. Es una locura, como en todo ese tiempo no desperté, es decir ¿Por que ahora si desperté pero, cuando estuve ahí no? — mi mirada volvió a Amaía en busca de repuestas.
— Cuando te encontré estabas muy malherida. — mire mi torso y ese tenía igual una venda — Y aún así realmente perdiste mucha sangre, pero no se cómo y no se si fue un milagro pero... Sobreviviste— aún seguía confundida —. Realmente teníamos la certeza de que no lo lograrías, pero al cabo de unos minutos tu cuerpo fue volviendo a dar inicios de signos vitales — Amaía me paso un papel de mi registro del electrocardiograma.
Este al principio no mostraba tantos latidos de corazón, hasta que en un momento a otro estos subieron.
— Que mierda — no podia creerlo — ¿Como es esto posible? — solté la hoja.
— Sinceramente no lo sé, pero realmente nos impresionó — Amaía tenía una cara de felicidad mezclada con confusión.
— ¿Impresionó?, ¿Hay más personas? — posee mi mirada en aquella ventana al lado de la cama.
Pero antes me dediqué a echarle un vistazo al cuarto.
Era un lugar pequeño, la cama estaba pegada al lado de la ventana, al lado de la cama estaba un escritorio y en este había una lámpara, el cuarto tenía una alfombra de color café, en el otro lado del cuarto o mejor dicho, en frente del escritorio había un guardarropa (un mueble), al un lado tenía un pequeño perchero y en la equina de en frente había closet pequeño tipo esquinero con espejo.
Lo demás solo eran cuadros y plantas.
— Si, por supuesto que hay más personas — volvió a hablar Amaía.
Amaía abrió un poco la cortina, me asomé un poco y vi a chicos y chicas riendo.
— Oh! valla, pensé que solo éramos tú y yo. — voltee con ella asombrada.
— Si, casi todos pensamos que éramos los únicos, hasta que poco a poco se fueron uniendo, pero... — sus ojos que antes eran de emoción cambiaron a tristeza —. Todo cambio, todos empezaron a crear una nueva era o como todos le llaman la R.W. — se paro de la cama y camino a la puerta.
— ¿R.W.?
— Renaissance World — Amaía volcó los ojos —. Un nombre súper horrible lo sé — río un poco a lo que yo solo sonreí. — Pero bueno, te dejo para que descanses un poco — y sin más Amaía salió del cuarto dejándome sola.
Me acosté en la cama y me quede mirando un buen rato el techo.
"En otra vida nos volveremos a encontrar" aquello fue lo último que pensé antes de que el sueño me ganara.
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Renaissance World
Teen FictionEsa ciudad que tanto me costo acostumbrarme, en la que pase años tratando de volver a ser yo. La mire por ultima vez antes de que todo ese lugar explotara. Realmente quisiera saber como sucedio todo esto, quisiera saber quien fue el culpable. Pero...