El ángel

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Corrí muy rápido detrás del venado, el animal era rápido, pero no quise rendirme.

Era difícil encontrar comida en estos tiempos.

Cuando estuve lo suficientemente cerca, salte sobre el animal y lo apuñale con mi lanza. El animal chillo de dolor y cayó al suelo.

Me daba pena hacerle esto a los animales, pero no tenía otra opción. Necesitaba mantenerme con vida.

Cargue al animal sobre mis hombros para llevarlo al campamento.

- ¡Comida! -chillo Thomas cuando me vio llegar con el venado.

Deje el animal en el suelo.

El junto con otras personas me encontraron moribundo, me llevaron con ellos, me curaron y me dejaron quedarme con ellos.

Así que, estaba con ellos mientras pensaba en un plan.

- ¡Chicos! –una chica de la cual no sabía su nombre vino corriendo hacia nosotros-Encontraron un ángel herido en las afueras del campamento.

Me incorpore ante sus palabras, al fin podría obtener respuestas, esos hijos de puta obtendrían su merecido.

- ¿Dónde está? - pregunte con apuro.

Por el rabillo del ojo, capte a Thomas mirando fijamente, parecía que intentaba descifrarme.

-La encadenaran en el centro del campamento para que todos la vean- respondió ella ajena al enfrentamiento entre Thomas y yo.

- ¿Es una mujer? - pregunto Thomas.

Asintió.

Decidí poner una excusa para ir a mi tienda.

-Iré a descansar- no espere respuesta para darme la vuelta y retirarme.

Pero Thomas me siguió hasta la tienda y me dio la vuelta bruscamente por los hombros.

-No harás lo que estoy pensando, ¿verdad? - me pregunto con el ceño fruncido.

-Si lo hare. - dije con la misma expresión.

-Pero es peligroso.

-Lo sé, pero tengo que rescatarla.

- ¿Por qué?

- ¡Porque es mi responsabilidad!

Thomas suspiro

-Te entiendo, supongo que yo haría lo mismo.

-Entonces no me estorbes.

No quería ser rudo con él, pero no tenía que hacerlo, no podía permitir que me perjudicara.

Además, podría morir por hacer esto y no quería que nadie salga herido.

...

Camine sin hacer ruido hacia el centro del campamento. Era de noche así que no había nadie rondando.

Una vez que estuve lo suficientemente cerca detalle al ángel, que estaba encadenada a un pequeño tronco horizontal. Era castaña, tenía facciones perfectas, no podía negar que era justo como me imaginaba a los ángeles.

Sacudí mi cabeza para centrarme.

Estaba dormida, así que me arrodille frente a ella y palme su rostro para despertarla. Se incorporó asustada y miro a todos lados como si buscará algo o a alguien.

-Oye- llame su atención.

Se sobresaltó con mi voz y dirijo su mirada hacia mí, sus bonitos ojos verdes lucían asustados.

-Te quiero proponer un trato, tú me dices todo lo relacionado con tu especie y vienes conmigo a buscarlos y a cambio yo te libero.

-No- su voz era melodiosa y suave.

-Si te quedas aquí, los demás te matarán o peor te torturarán.

- ¿Cómo sé que puedo confiar en ti?

Buen punto.

-No lo sabes, pero si te dejo aquí muchos vendrán a tomar venganza por sus seres queridos- la amenace.

No dijo nada

-Bueno, te dejare aquí para hagan lo que quieran contigo.

Me levanté y me dispuse a volver a mi tienda.

-Espera- me detuvo.

La mire de perfil.

-Si te ayudo prometes liberarme.

No sabía si sería capaz de cumplir esa promesa, odiaba a los ángeles. Pero contra todos mis instintos tuve que decirlo.

-Lo prometo.

En su rostro apareció una pequeña sonrisa.

-Tienes alguna arma? - le pregunte recordando el día del ataque.

Asintió.

-Dámela.

Ella dudo un poco, pero termino sacando una pequeña daga de plata y me la dio.

-Bien-guarde el arma-mañana vendré por ti para irnos.

No obtuve respuesta.

...

A la noche siguiente aliste todo para salir del campamento, robe un poco de comida y agua de los suministros del campamento.

Volví hasta donde estaba el ángel, agarré el tronco para llevarlo mientras caminaba.

Ella se despertó por el movimiento, asustada trato de gritar, pero tape su boca para impedirlo.

Sus ojos se relajaron cuando me reconoció y quite la mano de su boca.

-Tranquila, no te haré daño-mentí.

No respondió.

Caminamos hasta las afueras del campamento, pero un ruido entre los arbustos me alertó.

Le hice una seña de silencio al ángel y me acerqué con el arma lentamente hacia el ruido.

Cuando llegue al arbusto levante la mano con el arma y la impulse hacia el objetivo.

- ¡Ah! – era Thomas, nos había seguido a escondidas.

-Demonios, estuve a punto de herirte idiota.

-Lo siento, tenía que seguirte para ver que estés bien.

Eso disipo mi enojo, aun había personas que se preocupaban por mí.

-Gracias amigo- palmee su hombro.

Me da una sonrisa.

-Bueno, ¿cuál es el plan?

-El plan es rescatar a mi hermana- dije retomando el camino.

- ¿Cómo lo haremos? - Thomas me siguió.

-Ella me dirá como- jale el tronco y Thomas recién se dio cuenta de su presencia- y también tengo esto- saque el arma.

Abrió mucho los ojos, no sé si por miedo o por sorpresa.

-Estás loco.

Reí.

-Vamos, tenemos que empezar a buscarlos.

ApocalipsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora