1.- ¿Cómo pudiste...?

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Pasaron los años y los dos ya tenían 15 años, solo que Esteban se unió en la iglesia, solo porque sus padres eran nobles de los reyes, mientras que Bertrand estaba aprendiendo a defenderse, en los fines de semana se veía con Esteban para practicar sus maneras de defensa y lucha. Hasta que un día el padre de la iglesia solicitó a Esteban para hablar con él sobre su amigo, cuando Esteban fue a la oficina del padre, este ya lo estaba esperando en su escritorio, el joven se sienta y dice

— Padre, me llamó?

— Si, Esteban... quiero platicar contigo acerca de su amiguito

— Algo pasa con él?

— ¡Si... él es un demonio!

— ¡No! El no es un demonio, no puede ser un demonio tan solo tener el cabello negro mediano con color semi moreno... padre por favor debe dejar de considerar que él es un demonio... se que los demonios existen y no quiero ver ninguno en este pueblo, pero Bertrand es alguien que perdió a su madre por tanto tiempo, debe creerme...

— Hijo, ese muchacho te está lavando tu mente... ¡Es mejor que dejes ese lazo de amistad tuyo y de Bertrand!

— Y si no acepto?..

Tendrás que matarlo a fuerzas... pero aunque aceptes eso, aún así cuando tengas 20 años lo matarás...

Esteban sin remedio alguno acepta, por lo que va a buscarlo junto con los nobles que estaban allí como la oportunidad de matar al pobre niño con tan solo ver la señal de Esteban, cuando lo encuentran, Esteban solo hace una señal de que se esperen y se acerca con su amigo y le dice con un tono serio

— Bertrand... debo decirte algo

— ¿Qué cosa Esteban? ¿Pasa algo malo?

— Si... algo muy terrible y es que, debemos dejar nuestra amistad

— P-Pero por qué?

— PORQUE ERES UN DEMONIO! UN MONSTRUO! Y en este pueblo no queremos a demonios como tú! 

Aunque le duela hace una señal a los guardias para que apunten hacia Bertrand, quien quedó paralizado por las palabras dolorosas de Esteban, por lo que se va corriendo con lágrimas en sus ojos. 
Los guardias a punto de perseguirlo, Esteban los detiene diciéndoles con un tono serio pero en su interior triste

— Déjenlo que se vaya... dentro de 5 años volveremos...

Bertrand cansado de correr, se sienta debajo de un árbol, con lágrimas en los ojos y sufrimiento dice en un tono bajo

— ¿Cómo pudiste... Esteban? Yo confiaba en ti... pero ahora entiendo que eres igual a los demás...

Mi lindo cuervoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora