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Familia eterna

El timbre sonó y los niños salieron corriendo del colegio, casi a empujones.

Apoyada en un árbol con los brazos cruzados, una madre esperaba a su pequeño. Tenía el pelo bastante corto, con un tono marrón muy claro, casi rubio, unos ojos rasgados, pues era coreana, y una sonrisa tranquila en su rostro.

Algunas madres la miraron de vez en cuando, pero ella no las dio importancia, en su tiempo había sido bastante famosa.

Sus ojos se iluminaron cuando vio a un niño de unos cinco años, un poco más bajo que los demás, salir despistado buscando a su madre.Amber sonrió ampliamente y alzó sus brazos agitandolos para llamar su atención. Al fin el nińo la vio y sonrió con ella, para salir corriendo en su dirección casi al instante.

-Amber omma!- agitó también sus brazos en el aire esperando un abrazo.

-Hey little boy!- le abrazó cuando llegó a su lado, cogiéndolo en brazos-. Que tal el colegio? Sigues siendo el más listo de clase?- el pequeño se rió y asintió encantado-, has sacado la inteligencia a tu omma, pero no justo la mía- ambos se rieron y Amber lo puso en sus hombros para llevarle mientras caminaba lejos de la escuela.

-Omma omma, donde vamos hoy?- el pequeño disfrutaba del paseo y se agarraba de las orejas de Amber para no caerse.

-Hey you! Me haces daño, tengo pendientes!- en su lugar le cogió de las manos y las sostuvo con cariño-, dónde quieres ir?

-Mmm- el niño lo pensó un poco antes de responder y al final exclamó- al parque de atracciones!

-Otra vez? Si te dan miedo las montañas rusas, Nathan, no me dejas subirme en ninguna- el pequeño se sonrojó y la dio un pequeño golpe en el hombro.

-Da igual...- Amber sonrió, tenía el mismo carácter que su otra madre, cuando la hacía enfadar siempre ponía su orgullo por delante y Amber tenía que disculparse.

-Ok, hasta que tu otra madre vuelva de trabajar vamos a divertirnos!- había empezado a caminar cuando oyó un grito detrás suya, se giró y sonrió al ver a su mujer corriendo hacia ellos.

-Omma!-Amber dejó bajar a Nathan que fue corriendo a saludar a su otra mamá, Amber la miró con cariño.

A diferencia de ella tenía el pelo largo y unos rasgos muy femeninos, llevaba puesto bastante maquillaje, aunque Amber la decía que no le importaba, ella se veia mas guapa asi. Alzó el rostro y devolvió la mirada a Amber también sonriendo, Krystal no había cambiado nada desde que la conoció.Ahora ella tenía 32 años y Amber 34, habían salido juntas en la SM, terminaron su contrato poco antes de cumplir los 30 y buscaron otros trabajos aunque siguieron cantando como Fx en algún concierto. Después decidieron casarse en USA y tener un niño, adoptaron a Nathan, medio inglés medio coreano, y tenían pensado adoptar a otra niña más adelante.

Respecto a las otras chicas de Fx, Victoria volvió a su casa en China e hizo una pastelería, hacía unos años que no la veían aunque siempre hablaban en videollamadas, había tenido una hija un año mayor que Nathan con Kyuhyun, con el que salia desde que estaban en la SM también; Luna siguió cantando en otra compañía de Corea, y Sulli es profesora de infantil en Busan.

-Princess- la llamó suavemente, se adelantó para darla un rápido beso en los labios- pensé que estabas trabajando.

-Salí antes, me llamó Vic unnie, ha vuelto de China y quería que nos juntaramos de nuevo.

-Todo Fx?- los ojos de Amber volvieron a iluminarse, echaba de menos a sus amigas, porque las veía poco, incluso a Luna ya que solía estar de giras. Krystal asintió.