VII

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Narra: Range

La sirvienta se cayó y se rompió la muñeca.. - dice Diana ayudando a Sara

- Carajo, Sara siempre tan inútil, solo sirve para abrir las piernas - dice Mikhail.

Mikhail me mira y aciente con la cabeza arrastrando a la sirvienta al sotano, donde teníamos un calabozo. Mi amada Diana tan amable, y esa puta, no merece la amabilidad de ella.

Tiro a Sara a una celda, y entró junto a Mikhail quien le rompe la ropa y le abre las piernas - Es lo único para lo que sirves - dice con ascó.

Estaba desnuda, con la muñeca rota y las piernas abiertas, Mikhail me mira y le devuelvo la mirada, sonriendo al mismo tiempo, agarro un palo largo con astillas y se lo entrego mientras voy a serrar la puerta del calabozo, veo a mi amada comer y sierro la puerta.

Al voltearme para ir a la celda de Sara se escucha un fuerte gemido como la buena puta que es, al llegar no pude evitar sonreir, Máximo había enterrado el palo en el coño de Sara.

Aplaudo - No as perdido el toque - le digo a Mikhail quien me sonrie.

Amordazamos a Sara y la dejamos atada en X boca abajo, para después hacer una seña a nuestros hombres para que liberarán a los perros que están en celo, eran todos machos asique Máximo agarro carne ya cosinada y la metió en los labios vaginales de Sara, y también en todo su trasero, los perros tendrán un festín, salimos dejando a los perros solos con Sara, al salir no vimos a Diana, asique la fuimos aver a su habitación

Mi esposa fugitiva Donde viven las historias. Descúbrelo ahora