Are we twins? | SEVENTEEN - HanSol |

Are we twins?

Vamos a empezar llamándolo como un recuerdo o fantasía, porque ciertamente, las cosas no son muy claras y para iniciar, ¿acaso uno puede tener un gemelo perdido?Soy alguien que adora la ficción, pero no precisamente porque crea en ella, más bien, por la confidencia y pacto que se crea al creer momentáneamente en aquel universo alterno. Así que, quiero pensar en un relato donde, tanto como en Big Hero 6, en lugar de ser San Fransokyo, pensamos en un Korengland, es el único modo en el que puedo creer lo que sucedió. 

 Vernon había salido en conjunto a sus compañeros de grupo, bastante temprano del edificio situado en Gangnam donde todos dormitaban, para trasladarse a la sala de prácticas y ensayar una vez más la coreografía de su canción debut junto a otros preparativos. Realmente todos habían dado un esfuerzo en un 200% y aquel día no era la excepción. Debieron de pasar 4 horas de ensayo para que decidieran tomar un descanso, en donde todos se despabilaban. Unos cuantos terminaban sentados en cualquier rincón, mensajeando o simplemente navegando desde sus móviles, otros salían a tomar aire y él decidió aprovechar la media hora que habían acordado, en ir a un 7Eleven próximo al edificio, tal vez así podría llevarle un par de golosinas a sus compañeros así que no dudó en ningún momento en abandonar aquella estructura en cuanto el receso dio inicio. Esta vez salió sin ninguna precaución, es decir, había dejado en la sala los abrigos y capuchas, que podrían servirle en caso de ser reconocido ahí fuera pues creyó que tendría una salida bastante rápida y sin complicaciones, sólo llevaba lo necesario, la cartera de piel que contenía escasas monedas y un par de billetes también figuraban ahí un par de tarjetas, las de algún establecimiento o transporte. 

 Abandonó el edificio y el clima en ese entonces era aterrador. Podía sentir un calor infernal que no podía ser comparado con el frío matutino al salir por la mañana. Así que agradeció no haber traído nada consigo, algo que pudiese hacerle sentir acalorado. Aquella vez sólo vestía una camiseta blanca sin ningún estampado y unos pantalones negros, algo que fuese cómodo al ensayar y que no le preocupara en demasía el hecho de que llegase a ensuciarse demasiado.
La calle por la que transcurría realmente era tranquila y pocas veces podía cruzarse con alguien, dado que era bastante estrecha a comparación de la calle principal que no quedaba bastante lejos, puesto que quedaban paralelas una a la otra. A unas pocas cuadras, pudo diferenciar el techado del local, así que se apresuró a llegar, tanto, que no se percató que al dar la vuelta había una enorme fila de personas, lo notó hasta estar dentro del edificio, a través del ventanal que estaba delante de él, había dulces en el mostrador justo al pie de éste, y si no hubiese sido porque alzó la vista seguiría sumergido en la variedad de marcas y nombres, unas que reconocía y otras que no. Además, el bullicio era evidente, la mayoría de las personas que conformaba la fila eran mujeres, y no tenía ni la menor idea de lo que ocurría ahí.
 Sin embargo, tampoco es como si tuviese tiempo de averiguar qué era lo que sucedía a las cercanías, tan sólo el llegar ahí, le tomó un aproximado de 10 minutos, regresar implicaría el mismo lapso y realmente tiempo era lo que necesitaba. Por tanto, se llevó consigo lo necesario hasta la caja registradora y en cuanto pudo, salió de aquel sitio. Sin embargo, su mirada curiosa seguía atenta a la multitud pero eran sus piernas quienes lo llevaban de regreso, era una manera muy extraña de caminar y esto mismo le hizo tropezar en un pequeño instante, a punto estuvo de caer, así que se dio cuenta de que era tiempo de olvidarse de ello y seguir su camino. Una de sus manos llevaba la bolsa como resultado de sus compras desenfrenadas, cualquiera creería que había comprado suministros para algún tipo de ejército, pero lejos de la realidad no estaba aquello.

 Pocos pasos había dado hasta volver a encontrarse con la pequeña calle, así que sin tardanza siguió su camino. A lo lejos pudo divisar cómo un reducido grupo de chicos entraba a una de las puertas traseras de uno de los tantos edificios, sus siluetas podía creer haberlas visto antes, pero era una mínima posibilidad. Al final, sólo dos chicos habían quedado fuera. Sin embargo, creyó no estarle dando atención a aquella escena, pero al llegar poco antes que ellos, quizá por inercia, su mirada se desvió hacia aquellos cuerpos que tranquilamente charlaban entre sí a escasos metros.
Quizá fue el impacto, la incredulidad, la sensación de que algo grande podía estar realmente conspirando en el mundo, cuando se percató que uno de los chicos ahí en frente, tenía un enorme parecido con su propia persona. Probablemente fue muy obvio, porque incluso sus pasos se alentaron o se detuvieron por completo, no lo supo, hasta que aquel chico llevó la mirada hasta la suya y el contacto visual fue evidente. Quizá aquel ser se sentía de la misma manera que él, inclusive su acompañante se percató de lo que ahí sucedía y la sorpresa fue en conjunto. HanSol ya no sabía cómo reaccionar ni cómo es que en ese momento transcurría el tiempo, lo único que pudo ver fue el asombro entre aquel par, y unas vagas palabras que empezaban a murmurar.
Por lo menos, quien más impacto tuvo fue a quien ahora consideraba un gemelo perdido. Estaba seguro de haberlo visto antes, pero orbitaba en él un shock impresionante, que si alguien llegase a preguntarle su nombre, ni él mismo lo sabría. 

 —¿Lo conoces?, hey, en serio, ¿lo estás viendo? —eran una de las tantas palabras que su compañero repetía en secreto pero que HanSol pudo escuchar. 'Vamos HanSol, camina, camina, camina...' fue lo que en su mente se repetía sin cesar hasta que su cuerpo reaccionó. Debido a que habían entrelazado miradas, inmediatamente inclinó el rostro, como un gesto cortés y siguió su andar, tanto como pudo avanzar hasta sentir que había dejado de ser un punto visible para aquellas personas, incluso en el camino, la mirada la había desviado hacia sus espaldas, por si, en lo absurdo que puede llegar a ser la vida, a aquellos chicos se les ocurría seguirle. No, nada.

Aún faltaba un tramo para llegar al edificio donde ensayaban, y en aquel trecho lo pensó. El cabello, ambos parecían tener una tendencia hacia el ondulado y sinceramente, fue lo que mejor pudo ver.
El rostro, el contorno podía ser realmente similar.

Los labios, a juzgar por lo que vio, las diferencias eran casi nulas.
Haciendo aquel tipo de reconteo en su cabeza, considerando que las similitudes eran increíbles pero que, no había visto a detalle a aquella persona, por un momento creyó que aquello no podía ser verdad. Pero lo era, de verdad lo era. 

 —Daebak, daebak —se decía a sí mismo una vez entró al edifico de donde, si no hubiese salido de ahí, tal vez no estuviese tan consternado. Logró encontrarse con SoonYoung, compañero suyo, quien estaba saliendo de los baños y tomaba la misma dirección que él; la sala de ensayo. Este le recibió con un semblante un poco severo, pero era algo que ni siquiera Vernon pudo notar. 

 —En serio, HanSol, ¿en dónde te has metido? Todos ya están listos para practicar una vez más y estábamos esperándote —dijo en un reproche, dejando escuchar un breve chasquido, producto del choque de su lengua contra sus dientes. Pero inmediatamente al ver lo que Vernon traía, su semblante cambió totalmente y el tono en sus palabras era otro. —¡Oh! Con lo que traes ahí tal vez te perdonemos —no terminó de hablar, cuando ya había arrebatado de su mano la bolsa, pudo haber bromeado y peleado con SoonYoung, pero eso ahora no le importaba. Sin desviar el rumbo ni mucho menos detenerse, antes de entrar, le preguntó sin siquiera mirarle. 

 —¿Crees que en alguna parte del mundo tengas a alguien idéntico a ti? Quiero decir, un gemelo.
—¡Claro! Mi padre es aquella persona.Y el mayor entró a la sala de prácticas antes que él, disparado como una bala, dejando ir con él la sonrisa en su rostro y los dulces que ya se encontraba repartiendo y condicionando a sus demás compañeros.