Escucho la gente riéndose en el bus que me lleva a la ciudad. Y no entiendo como pueden estar tan felices si yo estoy tan preocupada y triste por la salud desmejorada de mi papá.
Me mareo, pierdo fuerzas como si me fuera a desmayar.
Necesito distraerme para no preocuparme más por algo que ciertamente escapa de mis manos.
Pienso en mi tío que está también mal de salud.
Pienso en los tiempos en los que de niña agradecía por todo lo que tenía en grupos de oración.
No sé puede agradecer a Dios por lo que se tiene por que no nos pertenece. Todo cuanto existe y tenemos pertenece a él y él decide cuando quitarnos cada cosa o todo.
Hace un día soleado. La luz se filtra entre las ramas de los árboles. Es hermoso.
Voy a extrañar mucho este lugar. Amo estar fuera de la ciudad. Es como estar en un lugar donde el tiempo se ha detenido. Y todavía se ven viejitos jugando parquez en plena calle sin miedo a que les pase nada.
Es tan sano el sitio que no ves combo de delincuentes ni vendedores de drogas ni huelen las calles a marihuana.
Hasta voy a extrañar el olor a mierda de perros de los dos parques que tienen.
Este viente cito sobre mi rostro en el viaje de hora y media qué me pego desde el pueblo hasta la ciudad.
No sé qué sigue.
Nuevo capítulo en mi vida.
Volver a vivir en la ciudad.
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Tangerine
General FictionSegunda parte de la novela Clementine. Portada realizada por @Aquira2701