En los garajes del equipo Red Bull, el ambiente estaba cargado de tensión y expectativa, Sergio Pérez, con su vientre ligeramente abultado, observaba en silencio las pantallas que mostraban la carrera en curso. Desde que su embarazo había sido revelado, las cosas habían cambiado drásticamente, la directiva del equipo decidió que era mejor para su seguridad y la del bebé que dejara el asiento de piloto, fue una decisión que entendía pero que no podía aceptar completamente.
Isack, el nuevo piloto, estaba haciendo un trabajo decente, pero no podía evitar sentir que estaba ocupando un lugar que aún le pertenecía. Checo se acarició el vientre, sintiendo el leve movimiento del bebé que crecía en su interior, era el hijo de Max, su alfa, y aunque Max estaba concentrado en la carrera, Checo sabía que también estaba preocupado por él.
En la pantalla, Max se preparaba para la salida, Checo podía ver la tensión en su mandíbula, la forma en que sus manos apretaban el volante con más fuerza de lo normal. Max siempre había sido protector con él, y ahora, con el bebé en camino, esa protección se había intensificado.
El sonido de los motores rugiendo llenó la sala, Checo se quedo parado viendo la gran pantalla, su corazón latía al ritmo de los monoplazas, la carrera comenzó y, desde el primer instante, Max demostró por qué era el mejor, tomó la delantera, dejando atrás a Isack y al resto de los competidores.
Checo se apoyó en el mostrador, una mano descansando protectora sobre su vientre, y la otra sosteniendo un auricular que le permitía escuchar la comunicación del equipo. Sus ojos no se despegaban de la pantalla principal, donde Max Verstappen, su esposo y alfa, manejaba con una destreza impresionante.
- ¿Cómo va todo ahí fuera? - preguntó Checo a uno de los ingenieros, su voz intentando sonar casual, pero con una nota de ansiedad apenas contenida.
-Max está en su mejor forma -respondió el ingeniero con una sonrisa. -Está liderando la carrera.
Checo asintió, pero no pudo evitar sentir un nudo en el estómago, a pesar de la felicidad de ver a Max triunfar, no podía ignorar la punzada de nostalgia por no estar en la pista a su lado. Su reemplazo, Isack, estaba haciendo un buen trabajo, pero Checo sabía que nadie podía llenar el vacío que había dejado.
La puerta de la sala se abrió y Helmut Marko, uno de los altos cargos de Red Bull, entró, sus ojos se encontraron con los de Checo, y durante un instante, el ambiente se volvió tenso.
-Checo, ¿Cómo te sientes?, sabemos que esto no es fácil para ti, pero es lo mejor para el equipo en este momento. -dijo Helmut poniendo su mirada que se encontraba frente de él.
-Me siento como si me hubieran arrancado una parte de mí, pero no estoy aquí para discutir, Helmut, solo quiero ver a Max ganar. - contesto Checo mientras estaba mirando la pantalla sin apartar la vista de Max.
-Lo entiendo, sabes que apreciamos todo lo que has hecho por nosotros, pero tenemos que pensar en el futuro -suspiro Helmut.
Checo no respondió, sabía que cualquier palabra que dijera podría romper el frágil control que mantenía sobre sus emociones. En su lugar, se concentró en la carrera, en cada vuelta que Max completaba, en cada adelantamiento que hacía con maestría.
En la pantalla, Max adelantó con maestría a uno de sus competidores, arrancando aplausos y vítores del equipo, Checo sonrió, orgulloso, pero sus ojos se llenaron de lágrimas. Sentía una mezcla de emociones: alegría por el éxito de Max, tristeza por no poder compartir ese momento en la pista, y una profunda conexión con el pequeño ser que crecía dentro de él.
-Checo, ¿Estás bien? -preguntó uno de los mecánicos, notando su expresión.
-Sí, solo... solo estoy emocionado -respondió Checo, intentando mantener la voz firme.
ESTÁS LEYENDO
La wag de Max [Chestappen]
FanfictionEn un giro inesperado, Red Bull ha decidido reemplazar a Checo Pérez con el joven y prometedor Isack. Checo, un omega que está embarazado de su alfa Max Verstappen, observa desde la distancia mientras su equipo compite en la pista. La frustración y...