¿Quién soy?

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Sinceramente no sabía quién era ni donde estaba, pero podía ser peor, ¿no?

Como si los dioses hubieran escuchado sus palabras el cielo se cubrió en su totalidad de nubes y en cuestión de minutos sin darle tiempo a recoger lo que consideraba que eran sus cosas comenzó un aguacero.

— Si de alguna forma tengo la culpa de estar en esta situación me lo merezco — Exclamo para sí mismo, siendo su voz acallada por incesante lluvia. Sin perder más tiempo tomo la lanza que majestuosamente seguía brillando a pesar de estar cubierta de barro -haciendo una mueca ante lo pegajoso que se sentía aun con sus guantes puestos- y se adentró aún más a lo que parecía ser un bosque.

Estaba en una situación desconocida, pero no se sentía nada nervioso. Raramente.

No tenía nada para identificar cuanto tiempo había estado corriendo en búsqueda de un camino que lo llevara a algún lado; ya sea una zona rural o un lugar más céntrico. Cualquiera servía, aunque la primera opción era la más probable. Cuando la noche comenzó a caer llevándose con ella la poca luz que alumbraba su camino fue que decidió pasar la noche en una pequeña cueva que se encontraba semi-abandonada, siendo su único inquilino una osa con su cría. Quien ignoro su ingreso, lo cual agradeció. No le parecía correcto atacar si no se encontraba en peligro, siendo el un intruso en aquel ambiente.

Con un suspiro dejo su lanza apoyada sobre la pared para acto seguido tirar a su lado una capa roja que había recogido junto a una bolsa que su interior contenía múltiples monedas doradas, el color de la bolsa era roja con detalles dorados. Si bien quedaba bien a la vista no creía que este fuera un diseño que el elegiría, pero en esa situación en la cual no recordaba su propio nombre no podía confirmar que realmente no hubiera sido de su gusto.

Fue entonces que observo su ropa, las cual ahora se encontraba pegada a su cuerpo por haber estado expuesto por horas a la incesante lluvia. Una camisa blanca la cual se veía simple, pero al tocarla cualquiera notaria que se trataba de muy buena calidad, y de dudarlo solo tendrías que observar los gemelos dorados que a pesar de todo seguían fuertemente cosidos. Por encima de él se encontraba un chaleco gris con cuello en V, y su bolsillo superior se encontraba algo desgarrado como si algo hubiera estado sujeto... ¿un alfiler decorativo, quizás?.

Sus pantalones y zapatos iban a juego, lo cual haría que cualquiera que lo viera pensara que es un noble... ¿Es así? Todas las pistas obtenidas lo llevaban a pensar que sí, pero quizás simplemente era un charlatán que fingía. Fue entonces que removió su flequillo intentando despegarlo de su frente y poder pensar cuando noto que también se encontraba herido.

Siseo de dolor.

Al retirar sus manos sus guantes ahora se encontraban cubiertos de barro y sangre.

— Simplemente maravilloso... — Exclamo irónico. Ahora tenía una herida en su cabeza -La cual era muy probable que fuera la culpable de su olvido- sangrante y llena de barro. Esperaba tener un buen sistema inmunológico que lo protegiera de contraer alguna infección o resfrió.

Cerro los ojos intentando poner sus pensamientos en orden.

Al hacerlo sus sentidos se agudizaron y sintió una energía que hasta entonces había sido ignorada. Se sentía natural, y le brindaba algo de paz siendo su única compañera en ese momento.

¿Magia?, estaba casi seguro que la poseía. Lástima que aquello que debía ser natural para el de utilizar ahora se sintiera tan extraño. Era como si le hubieran atado una extremidad. Esperaba que de necesitarlo en una situación de emergencia su cuerpo recordara por el cómo utilizarla, al igual que se sentía tan natural sostener la lanza.

Sin perder más tiempo se dispuso a buscar algunas hojas que hubieran quedado sin mojarse y un par de piedras para prender una fogata ante la falta de madera. Si bien era algo riesgoso que el fuego se descontrolara era su única opción para no pasar frio y sus ropas no podían quedarse sin ser secadas.

Que no supiera quien era no significaba que se quedara y aceptara estar en esa situación. Luego vería quien tendría que pagar por colocarlo en esta situación.

[...]

— ¡Achís-psss!

Un joven pelirrojo estornudo repentinamente y se rasco la oreja. ¿Alguien estaba hablando mal de él?.

— ¡Humano, todos se están volviendo locos por el tío galletas!

Cale sorbio un poco del té que se había encontrado tomando y asintió de acuerdo.

A su favor él no era el único culpable, Rosalyn y Choi Han habían estado con él. Y nadie lo vio venir, lo último que vio fue a su hermano jurado caer a través de un portal a quien sabe dónde, casi llevándoselo a él consigo. Lo cual no paso, pero lamentablemente su bolsa había desaparecido con él.

No estaba muy preocupado, si bien el príncipe heredero no tenía ningún rastreador consigo, puesto que nadie consideraba que necesitara ser protegido -y ciertamente estaba en completamente la razón, era un bastardo vicioso- su bolsa si tenía, puesto que no dejaría que nunca más alguien le volviera robar lo que era suyo.

Y dicha bolsa se encontró temporalmente en movimiento, excepto que le hubiera salido piernas debía de tratarse de Alberu. El problema era que se encontraba en un reino no aliado, y debían pedir permiso de ingreso.

Sería más rápido que Raon Miru los teletransportara a la dirección indicada pero como si fuera un niño de kinder le dijeron - a él y a su grupo- que dejara los temas del castillo fueran resueltos por el quienes realmente lo manejaba.

Bufo, mejor para él. Menos trabajo. No se preocuparía hasta que fuera sumamente necesario.

Lo cual si lo seria cuando su rastreador dejo de dar señal y los guardias que habían obtenido permiso para entrar al reino en el cual se encontraba perdido Alberu no lo encontraron tras días de completa búsqueda.

Siendo lo único que encontraron un pedazo de su capa, la cual parecía haberse rasgado y su collar.

Collar del cual pocos tenían conocimiento ya que ocultaba su forma de elfo oscuro.

Definitivamente, era un problema.


Hace mucho no me paso por aqui, ¿alguién me recuerda?

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Hace mucho no me paso por aqui, ¿alguién me recuerda?. Estoy casi terminando mi carrera, la cual detesto asi que se lleva más tiempo y energia de la que me tendria que llevar. Ni siquiera estoy al dia con la novela pero queria escribir algo asi que pense...

¿Y si alberu estuviera amnesico, en su forma de elfo oscuro y sin las preocupaciones que conlleva ser un principe herredero?, se supone que los elfos se llevan bien con la naturaleza asi que me gustaria proyectar una situación en la cual a pesar de encontrarse en ella se viera tranquilo, y llegara a disfrutarla mientras que todos se vuelven locos intentando encontrarlo.

A su vez tampoco tengo energia y tiempo para escribir un fic completo, asi que nuevamente me desahogo con un OneShot.

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⏰ Última actualización: Jul 08 ⏰

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