ATRACCION PELIGROSA - MAXLEY (OMEGAVERSE) EDITANDO!!!!!

Capitulo 0

Despertó sintiendo como si su cabeza fuera a estallar en mil pedazos. El dolor pulsante de una resaca se apoderaba de sus pensamientos mientras intentaba recordar qué había sucedido la noche anterior. Abrió los ojos lentamente, parpadeando contra la luz tenue que se filtraba a través de las cortinas de una habitación desconocida. La primera cosa que notó fue el aroma a alcohol y algo más, un rastro débil de feromonas que no reconocía. Se incorporó con dificultad, sintiendo un peso familiar pero desconcertante a su lado. Giró la cabeza y, con horror, vio a la persona que menos esperaba dormido junto a él.

 El mundo pareció detenerse mientras intentaba procesar la escena.

Max, su eterno rival, con el pelo desordenado y una expresión de paz que contrastaba violentamente con la tormenta que se desataba dentro de Bradley. La mandíbula cuadrada del azabache, sus cejas negras y espesas, y esos labios ligeramente curvados en una sonrisa adormilada, todo era demasiado para procesar.

El ojizafiro sintió una oleada de pánico. Su cuerpo se tensó, y cada fibra de su ser le gritaba que saliera de allí. Su mente, aún nublada por el alcohol, no podía encontrar ninguna razón lógica para explicar cómo había terminado en esta situación. Lo único que sabía con certeza era que debía irse, y rápido.

Con un movimiento brusco, apartó las sábanas y se levantó, tambaleándose ligeramente sintiendo un dolor en su espalda baja. Su ropa estaba esparcida por el suelo, una mezcla caótica de prendas que hablaba de la prisa y la pasión de la noche anterior. Recogió su camisa y sus pantalones, vistiéndose con torpeza mientras su corazón golpeaba en su pecho.

Mientras se abrochaba los botones de la camisa, lanzó una última mirada al otro chico. El alfa todavía dormía, ajeno a la confusión y el pánico que lo rodeaban. Bradley sintió una mezcla de emociones de entre repulsión y vergüenza, pero también una chispa de algo más profundo que no quería admitir. Con la respiración agitada, salió casi corriendo de la habitación, cerrando la puerta con suavidad para no despertar al chico. El pasillo del dormitorio le pareció interminable mientras se dirigía hacia la salida, sus pensamientos giraban en espiral. 

¿Cómo había llegado a esto? ¿Qué significaba todo esto para su futuro?

Al salir al aire fresco de la mañana, respiró profundamente, intentando calmarse. La brisa fresca le ayudó a despejar un poco su mente, pero para su desgracia, todos los recuerdo de la noche pasada, llegaron como un balazo a su mente. Haciendo que su dolor sea mas intenso. Sabía que tenía que enfrentarse a Max, a sus propios sentimientos, y a las expectativas de su familia, pero en ese momento, solo podía pensar en alejarse lo más posible de la escena.

...

El aire de la fiesta estaba cargado de música estridente, risas y el inconfundible aroma a alcohol. Max  con su energía característica, se movía entre la multitud, saludando a conocidos y amigos. Era la típica fiesta universitaria de inicio de semestre, y todos estaban decididos a aprovechar al máximo cada momento.

El salón estaba decorado con luces parpadeantes y serpentinas de colores, creando un ambiente festivo y desenfrenado. Las mesas estaban llenas de vasos rojos de plástico, algunos ya volcados, y botellas de diversas bebidas. El suelo pegajoso era testimonio del derrame de innumerables tragos. El azabache, vestido con una musculosa blanca y jeans desgastados, se dejó llevar por la euforia del momento. Hacía tiempo que no se sentía tan libre y despreocupado. Tomó un trago de su vaso, sintiendo el calor del alcohol extenderse por su cuerpo, y se dirigió hacia la pista de baile improvisada en el centro del salón.

La música electrónica hacía vibrar el suelo, y Max se dejó llevar por el ritmo, moviéndose al compás de las luces. Su mente se nublaba ligeramente con cada trago adicional, pero no le importaba. Esta noche, quería olvidarse de todo, de los exámenes, de las responsabilidades, y especialmente de Roxxane, con la cual había terminado hace ya poco. Sin embargo, parecía que el destino tenía otros planes.