tercos

6 0 0
                                    

En unos tiempos nostálgicos, 

solo existe una sed. 

Es un recuerdo que arde, que hace arrugar el rostro. 

Dos desconocidos que antes buscaban dejar de serlo,

no han cambiado mucho. 

Pero quieren empeñarse, quieren empeñarse en que sí, 

en que son más astutos que todos a los que 

dañaron con su terco veneno, 

su terca gracia, 

su terco descaro. 

Equivocarse es fácil, 

aceptarlo es casi agotador. 

No puedes remendar nada. 

Porque de ningún error vas a dejar de ser culpable

y de sentirte culpable. 


El futuro solo es una excusa para no pensar en eso, 

tú eres solo mi perfecta excusa para no pensar en mí. 

No hay sueldo que esa pena pague, 

no hay sonrisa que esa pena apague, 

y peor aún, no hay ni siquiera un desagüe 

por donde pueda escaparse todo el daño. 


Solo miro al techo, 

o me quedo dormida pensando en que ojalá algún día, 

puedas perdonarme por no ver que eras tan solo un humano, 

un humano con sueños muy lejos de los míos. 


y ojalá algún día yo pueda perdonarte 

por decepcionarme, 

porque fueras la versión más real y vulnerable de ti mismo. 


Porque eso jamás podría ser un crimen. 

panoramaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora