Por favor, Gyomei! ♡ Gyomei Himejima

La aburrida cotidiania

Los entrenamientos eran agotadores. Cuando creía que finalmente podría descansar el próximo nivel era aún más difícil que el anterior.

Le dolía todo el cuerpo por tantos golpes, el único entrenamientos que realmente había sido agradable fue con Mitsuri, extrañamente la flexibilidad se le había dado muy bien.

Bueno no todo era malo, había descubierto nuevas cualidades que desconocía de símisma. Además, había avanzado a un muy buen ritmo considerando las evaluaciones.

—Ah. —suspiró, llevando las manos a sus bolsillos— ¿Faltara mucho para llegar?

—Yo que sé, fea. —contestó Inosuke, con su habitual brusquedad.

_______ lo miro de mala gana.

—Maldito cerdo... —masculló irritada, justo le habían dando en su punto débil; El ego.

¿Fea? Ella no era fea, no señor, era muy bonita ¡Las abuelitas siempre se lo decían! ¡Incluso le proponían casarse con sus nietos!

Levanto la mano y justo cuando estaba por golpearlo en la cabeza, un graznido la interrumpió. Ambos miraron instantáneamente al cuervo  confundidos.

—¡Rápido, rápido! ¡El pilar de la roca los espera! ¡No tarden!

Al oír el aviso su corazón se aceleró y
sonrió emocionada de imaginar que pronto estaría en su entrenamiento.

Gyomei Himejima, nada más ni nada menos que el pilar más fuerte de todos y lo más importante, el hombre más guapo que había visto en su vida.

Y es que desde el primer momento en que lo vio ________ no pudo evitar caer redondita por él. Era el prototipo del hombre ideal; Fuerte, caballeroso, callado y alto.

Sin duda, un verdadero hombre.

Dió un salto y sujeto de los hombros de Inosuke, agitandolo bruscamente y logrando que su máscara de jabalí rodará por el suelo.

—¡SÍ! —chilló emocionada— ¡¿Que estamos esperando, cerdo?! ¡Apúrate! —gritó eufórica, golpeando con fuerza la espada del Inosuke y pisando inconscientemente su máscara cuando comenzó a correr a la montaña.

Inosuke soltó un gritó adolorido al verla pisar su preciada prenda, ni siquiera le molesto que lo golpeara ¡Pero que pisará su máscara era un verdadero atrevimiento!

¡Esta era una ofensa imperdonable!

—¡¿Pero quien demonios te crees que eres gusano miserable?! —gritó tomando la cabeza de jabalí y corriendo tras ella— ¡Vuelve aquí y enfrenta al rey de la montaña!

Ambos corrían como locos montaña arriba, _______ emocionada por encontrarse nuevamente con el pilar de la roca e Inosuke, bueno, el simplemente quería pelear.

Sonrió entusiasmada con las mejillas coloradas, con tan solo pensar que pronto estaría frente a él su corazón latía como loco.

Según sus compañeros era ese típico enamoramiento adolescente en donde suspiras como tonto de solo ver a esa persona especial, lo cual no era malo pero si era un poco divertido darle esa definición considerando que ______ tenía 22 años.

Completamente ajena a los gritos e insultos de Inosuke, corría con todas sus fuerzas deseando llegar lo antes posible. Ocasionalmente alzaba el rostro para mirar a su cuervo y asegurarse de que no había tomado un desvío equivocado.

Disminuyo su paso al ver a su cuervo posarse en una gran roca. Miro curiosa el lugar ciertamente era lindo, había una cascada y... ¿Unos chicos gritando bajo la cascada?

No pasó mucho tiempo cuando todos cayeron inconscientes y fueron arrastrados por el río. Uno de ellos en particular terminó por llegar a la orilla de río y abrió los ojos aturdido.

Se miraron y el chico alzó la mano.

—H-hola ______.

—Hola... ¿Estas bien, Murata? —lo miro apenada— ¿Necesitas ayuda para levantarte?

—No, no. D-descuida, debo volver. —intentó levantarse y nuevamente cayó al río de cara.

______ hizo una mueca y cuando se intento acercar para ayudarlo, Murata alzó el rostro.

—El pilar de la roca está por el otro lado, por si lo necesitas.

Recorrió el lugar con mirada y a lo lejos pudo ver la silueta del pilar. Dió un brinquito emocionada e intento correr hacia él, pero el remordimiento le ganó a mitad de camino y se regreso a ayudarlo.

Con cuidado lo tomó por el brazo y le ayudó a mantenerse en pie.

—Ahora sí, ¡Gracias! —cuando giró la funda de su katana golpeó accidentalmente la pierna de Murata haciéndolo perder el equilibrio y nuevamente cayó al río.

Se levantó lloriqueando y se apoyo en un roca.

—No me pagan lo suficiente... —se lamentó en un murmuro.

Cuando estuvo a escasos centímetros, inspeccionó una última vez su traje y peino ligeramente su cabello. Irónico, como si el pudiese verla.

Lo miro con atención, estaba totalmente concentrado en su entrenamiento con su camisa blanca remangada hasta los codos, dándole una buena vista de las venas de sus brazos.

Sonrió maliciosa, que buena manera de comenzar el día.

Retomó la compostura y soltó un suspiró.

—¡Buen día! —saludo energética, Gyomei se detuvo y giro ligeramente el rostro dejando a un lado el tronco que estaba cargando para prestarle completa atención—¡Es un gusto verlo, Himejima! ¡Me alegra que esté bien, hoy iniciare con su entrenamiento! —sonrió de oreja a oreja e hizo una reverencia.

Asintió levemente, un poco aturdido por su enérgica actitud, hasta ahora solo había recibido incontables lamentos durante las rondas de ejercicios.

—Bienvenida, señorita.

—¡Oye tú! ¡Maldita enana!

Tanto Gyomei como _______ giraron el rostro al escuchar semejante grito.

Inosuke salio de entre los arbustos corriendo a toda velocidad hacia ellos, sin siquiera inmutarse por la presencia del pilar se paro justo enfrente de su compañera dándole la espalda a Gyomei.

—¡Me las vas a pagar! ¡Saca tu katana y pelea de una buena vez! —desafío, desvainando su katana y apuntándole con ella.

—Buda, perdona la violencia que prevalece en el mundo. —se lamentó Gyomei frotando sus palmas.

Inosuke soltó un quejido y lo miro de pies a cabeza.

—¡¿Ah?! ¡¿Y tu que, pedazo de tronco con patas?! ¡¿Quieres pelear?! ¡Anda pelea conmigo debilucho! ¡Pelea! ¡Pe-

Y antes de que pudiera terminar de hablar, Gyomei le propinó un fuerte golpe en la cabeza e Insosuke terminó con los pies al aire y más de la mitad del torso enterrado en la cabeza casi como un avestruz.

Mientras Insosuke pataleaba intentando liberarse, _______ suspiró enamorada

—Mi madre...

Sonrió y mordió su labio inferior, habían tomado una decisión que cambiaría su vida por completo.

Invitaría a Gyomei Himejima a una cita.

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"Cuando estás a mi alrededor todo me da vueltas"