La imprudencia no tiene límites.

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—¡Tienes que decir las oraciones a Buda!

—¡Buda mi culo! —gritó histérica.

Carajo, el agua estaba helada ¡Y por si fuera poco, caía con tanta fuerza que el cuello y espalda le ardían!

¡¿Y la regañaban por no rezar?! ¡Al diablo!

—H-hey.... —Intervino nervioso Tanjiro, aunque intentará sonreír era obvio que el ejercicio también le comenzaba a afectar. —Por favor, ______ no digas malas palabras o podrían regañarte.

Refunfuño molesta, pero decidió callar.

Recién Tanjiro al igual que Zenitsu se habían unido al entrenamiento, así que no quería darle un mal rato como bienvenida a este infierno.

Sintió un escalofrío recorrerle toda la columna al sentir una fuerte ráfaga de viento.

—Condenado hombre... si no fuera tan guapo habría lanzando la toalla —se lamentó lloriqueando.

Aunque intentará con todas sus fuerzas mantener la calma, estaba comenzando en caer en la desesperación. Ahora entendía porque la mayoría de los chicos decidían retirarse.

Esto no era fácil.

—Concéntrate _______, —se regaño asímisma— Me baño con agua fría todos los días... Bueno, quizás casi todos los días.

—Yo no quiero volver a bañarme nunca más. —murmuró Insosuke, al borde de ser derrocado por el ejercicio, su cuerpo tambaleaba y a pesar de llevar su máscara lucía pálido.

Unos cacerolazos captaron la atención de todos los cazadores bajo la cascada, Murata alzó el cucharón y lo agitó de un lado a otro mientras Zenitsu ordenaba unos tazones y Genya sacaba los pezcados de los pinchos.

—¡La comida esta lista! —apenas Murata gritó, todos corrieron desesperados a la orilla, lo cual no era fácil debido a la fuerte la corriente.

Al fin, luego de una larga mañana, podrían descansar momentáneamente.

Un buen plato de arroz y una rica sopa acompañada de un pezcado asado les daría fuerzas para continuar en la batalla.

O bueno... eso esperaban.

—¿Pero que carajos? —murmuró confundida ________ al ver el arroz. Miro a Murata y alzó una ceja— Ahm, Murata.

Sonrió y la miró con atención.

—¿Sí?

—¿Tú.... Hiciste el arroz?

—¡Si! ¿Les gusto? —preguntó ilusionado.

Genya arrugó la nariz extrañado y asqueado al ver el arroz, tomo su cuchara y al alzarla mostró la inmensa bola de arroz pegada en el cubierto.

—Oh si, te quedo espectacular. —Lo miro y alzó una ceja— Hasta se nota que lo hiciste con odio.

—¡Yo creo que esta muy bueno! —interrumpio Tanjiro y alzó los pulgares— ¡Te felicito, Murata!

Aunque Murata sonrió, los demás le miraron con obviedad. Esto era un verdadero crimen culinario.

—Ahí va ese tipo otra vez. —murmuró fastidiado Zenitsu.

Gyomei salió de entre los arbustos empujando una enorme roca mientras rezaba a Buda.

_______ abrió los labios sorprendida al verle, estaba sin camiseta y gracias a ello sus inmensos abdominales estaban a la vista de todos.

—Pero que vista. —sonrió de oreja a oreja, completamente ajena a las miradas de extrañes por parte de sus compañeros. Su corazón dio un saltó cuando Gyomei se detuvo y con su antebrazo limpio el sudor de su frente— Bendito seas, Buda. —agradeció uniendo sus manos y alzandolas al cielo.

Olviden lo que había dicho antes, Buda se merecía mil oraciones y hasta más.

Que pecado había cometido el creador de los uniformes de cazadores, era una verdadera desgracia que semejante cuerpazo fuera escondido bajo telas.

Los chicos se miraron entre sí incómodos.

—Creo que podríamos llevarle un poco de comida ¿No creen? —sonrió nervioso Tanjiro intentando romper la incomodidad— _____ ayúdame a —se detuvo de golpe al notar que la muchacha ya no estaba a su lado— ¿_______? —le llamo buscándola por todos lados.

—Allá esta la desgraciada. —Inosuke alzó un dedo y todos miraron en la dirección señalada.

Como era de esperarse estaba justo a un lado de Gyomei, Tanjiro suspiró divertido y con ayuda de Genya se dispuso a comenzar a servir la comida.

Sonrió mirándo con atención su espalda, este hombre debía tener músculos dentro de los músculos. Tremendo físico el que tenía.

—Himejima. —le llamo delicadamente y alzó una toalla— Puede usar esta toalla para limpiarse.

Gyomei pestañó confundido, no la había oído acercarse, talvez el cansancio le estaba jugando en contra.

—Oh, muchas gracias.

Arrugó la nariz extrañada cuando noto como movía la cabeza de un lado a otro, como si buscará algo.

—Estoy por aquí.... ¿No me ve?

—No, soy ciego.

Inmediatamente se horrorizó.

¡Maldición, lo había arruinado!

Lo único que quería era abrir un agujero en la tierra y esconderse en el.

Tanjiro y Genya quedaron petrificados al oír la conversación, ambos estaban apunto de entregarle su tazón de comida pero ante tal escena hasta ellos se habían avergonzado.

_______ los miro en busca de ayuda pero al ver sus gestos supo que estaba jodida.

¡Carajo, tenía que pensar algo!

—¡N-no me refiero a eso! —río nerviosa y Gyomei inclino la cabeza confundido— Para Buda, nuestra verdadera vista es el alma, la vista puede engañar pero la escencia es quien realmente vale.

Pestañó incrédulo al oírla.

—Usted... ¿También cree en Buda?

—Ay por su puesto que sí —sonrió— Cada día rezo por el perdón de mi alma. —junto ambas manos y las frotó como si realmente estuviera rezando.

Gyomei sonrió e imito su acción.

—Se que Buda perdonara sus pecados y le otorgará vida, su accionar es sencillamente honorable y admirable señorita ________.

Su cara se puso roja y sus latidos se descontrolaron.

—¿Usted lo cree? —sonrió emocionada al verlo asentir.

—Más que creerlo, lo siento, su alma irradia honestidad.

Mientras ambos iniciaban una profunda y conspiratoria conversación sobre Buda y el como guiaba las vidas de sus creyentes, Genya y Tanjiro miraban desconcertados la situación.

—¿Pero que coño paso? —preguntó completamente impactado Shinazugawa, con un claro gesto de extrañes e incomodidad.

—Creo que mejor regresamos luego. —contestó igual de confundido Tanjiro mirando a ambos y con el tazón de comida aún en sus manos.

Bueno, eso había sido verdaderamente raro.

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⏰ Última actualización: Jul 17 ⏰

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