A veces la vida nos lleva por caminos insólitos, es increíble como de la nada todo puede cambiar...
Las almas inmortales se reencuentran, no importa el tiempo ni la distancia.
El amor puede hacer a Un Demonio alcanzar el cielo...
Caminé hacia mi habitación, despacio con mis piernas tambaleantes por el vino, estaba exhausta, apenas entré al cuarto solo me quite los zapatos y me tendí en la cama... Poco a poco fui callendo en un sueño cada vez más profundo.. Tenía una sensación escalofriante de que estaba siendo observada pero no podía moverme ni siquiera podía abrir los ojos...
De pronto una ráfaga de viento abrió estruendosamente la ventana, desperté de un salto y al alzar la vista ví algo que escapaba escabulléndose entre las cortinas . Mi corazón se aceleró de tal manera que pensé que hiba a morir del susto. Me quedé un rato pensando, -Debe ser mi imaginación, solo fue el viento Mis historias de miedo me estaban jugando una mala pasada.
Estaba despierta en mitad de la noche y tenía tanta sed, me levanté y revise cerca de la cama pero no había agua, así que tendría que levantarme e ir por ella..
La mansión era tan inmensamente grande que temía perderme en sus pasillos. Camine hacia el comedor donde había estado antes, supuse que la cocina estaría cerca de ahí.
Una luz resplandeciente me desvío de mi camino, la verdad no quería ser mal educada espiando por los rincones, pero lo luz salía de un cuarto al final de uno de los inmensos pasillos. Poco a poco me acerque a la puerta medio abierta, estaba decidida a ver de que se trataba, puse mi ojo en la rendija y ahí estaba él completamente solo parado frente a un gigantesco cuadro, no alcanzaba verlo bien pero se veía algo grotesco lo q estaba pintado allí... El lo miraba fijamente casi podía sentir nostalgia en su insensible cara
De pronto giro la vista hacia mi como si pudiera verme a través de la puerta, otra vez me sentí aterrada no sabía que hacer en ese momento, La chica me encontró y con un movimiento sutil me tapó la boca con sus manos y con gestos me dijo que no hiciera sonido alguno. La seguí hasta mi cuarto, ella serró la puerta, tenía que decirme algo.
-No puedes ir a esta habitación, me dijo. sin preguntar asentí con la cabeza, no quería buscarme problemas.
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