En medio de la intensa y melancólica lluvia, entre pensamientos que caían junto a las gotas, estaba yo sentado por simple casualidad en medio de aquel gran y verdoso lugar.Éste, tenía el don de contagiarme una genuina y misteriosa tranquilidad con sólo estar ahí sentado. No importaba cuántas heladas gotas de lluvia mancharan su exquisito y delicado abrigo de color sangre; la profundidad que este lugar poseía, podría hacer que mi mirar estuviera fijo en la nada desde hace horas.
La tempestad qué había también en mi propia mente comparó la envidia con el sentimiento que me estremecía ver la calma de una vieja rosa, que estaba intacta y preciosa sin importar con tanta continuidad y violencia fuera golpeada por la lluvia.
Ésta pesadilla me llevó a admirar y contemplar con lujo de detalle las rosas que estaban frente a mí. Firme y perfecta, una rosa llena de vitalidad con los con tallos y pétalos marchitos e impregnados de un intenso aroma apasionado rozaba la superficie verdosa y fuerte de las hojas abatidas de una rosa joven, cuyo espíritu era in posible de encontrar; tan inexistente como su esencia, vitalidad y color.
La voz extraña y tortuosamente melódica de la rosa vieja, hizo que ésta abriera su boca con lentitud y pronunciara la mentira más asquerosa que hubiera podido escuchar en mi vida:
"Cada ser viviente en este mundo tiene una esencia única y exquisita... Aquellas esencias que son más difíciles de percibir son las más delicadas y valiosas"
¿Qué carajo está diciendo ahora mismo?
Mi mente fué agitada con numerosas dudas que iban apareciendo a medida que re pasaba sus palabras, una y otra vez en mi cabeza.
No, no existe algún ser viviente o inerte que pueda verdaderamente valorar la esencia de una rosa joven que emergió de todos lados y de ninguno; una rosa que huele a todo y a nada a la vez y que trata inútilmente de teñirse del mismo color que las demás para no ser juzgada o usada debido a sus cualidades.
"Un pedazo de hierba inútil que no sabe lo que es, ni por qué es; no es digna de ser llamada "Rosa". "
Mis voz y manos se abalanzaron a arrancar con rencor y saña aquel estorbo incoloro e inútil que se hacía pasar desesperadamente por una rosa.
El sentimiento era similar al concepto de impotencia, sí, eso era lo que corría por mis venas al no poder hacer más que sólo arañar la piel de mi pecho y llorar amargamente el resto de la noche, sabiendo que no sería capaz de arrancar aquella rosa...
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When the moon goes out
Teen FictionNo es necesario que la leas, al contrario si quieres ignorarlo está perfecto Situaciones diarias de un adolescente. Tal vez ya haya historias iguales a esta o otras mejores... Sin embargo esta es mía y espero que les guste