Lunch

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—¿Ya está listo el experimento de ciencias? —Las dos rodearon la mesa donde trabajaba Diana.

—Aún no. —contestó ella sin voltear la mirada. —Es un experimento muy peligroso y puede salirse de control con facilidad.

—Entiendo que es difícil, pero no lo consideraría "peligroso" —dijo Melissa con seguridad.

—¿Que no es peligroso? —Diana se levantó claramente enojada. —Estamos hablando de una máquina que puede convertir cualquier cosa en comida. Cualquier cosa. Necesita estar calibrada con la más fina precisión.

—Estoy de acuerdo. —Andrea caminó alrededor de la mesa apreciando el artefacto. —¿Que tanto le falta?

—Solo debo calibrar el alcance. —afirmó Diana —debo limitarla a lo que haya sobre ella.

—¿Podemos ver una demostración? —Melissa se acercó.

—No.

—Anda. Solo una.

—No.

—Estamos en el mismo equipo, tenemos derecho a ver. Si no, te reportaremos por no trabajar con nosotras.

—¿Disculpa? ¡Yo hice casi todo!

—Solo te pido una muestra. —Melissa sonrió con maldad, cosa que hizo enfurecer a Diana.

—Bien, solo una. No más hasta la feria de ciencias.

—¡Hecho!

A regañadientes, Diana tomó un bolígrafo sin tinta y lo colocó sobre la máquina. Presionó unos botones y esperó. La máquina emitió unos ruidos extraños y entonces el bolígrafo se moldeó en la forma de una galleta.

—¿Lo ves? Cualquier cosa. ¿Puedo trabajar ahora?

Melissa sonrió emocionada y tomó la galleta. —¡Sí funciona! —La partió en dos y comió un pedazo antes de ofrecerle el otro a Andrea, quién gustosa lo probó.

—Sabe como una real. —afirmó la rubia.

—Porque la convirtió en una real. La máquina reorganiza sus células y las convierte en otro objeto.

—Genial.

Todo iba bien, hasta que la piel de Melissa empezó a esponjarse.

—D... ¿Diana? ¿Esto debería pasar? —para cuando sus amigas voltearon a verla, ya se había vuelto de color rosado. Poco a poco su tamaño se redujo, al contrario de su anchura que aumentaba cada vez más. En cuestión de segundos de había transformado en un cup cake.

—¿Qué acaba de pasar? ¿¡Melissa!? —Andrea se acercó corriendo y levanto el cup cake. Una pequeña voz podía oírse intentando hablar, más no había boca que se lo permitiera.

—Oh rayos. —Diana se giró a la máquina, viéndola aún encendida. —¡Por eso era importante ajustar el alcance! —Corrió para apagarla, sin embargo, en el camino sus brazos desaparecieron. —¿Qué me...? —Cayó al suelo cuando sus piernas se unieron en un solo trozo de carne rojiza. Su ropa se convirtió en pan y la envolvió por la espalda. —Andy: corre. —le dijo a su amiga antes de perder su boca y convertiste por completo en un hot dog.

Viendo lo ocurrido, Andrea trató de salir de ahí. Apenas dio dos pasos cuando un espasmo le hizo doblarse. Su espalda se convirtió en dos trozos de pan que la atraparon en el medio.
—No, no, ¡no! —Vio cómo sus piernas se convertían en jamón recién horneado, sus brazos en trozos de queso deshebrado y el resto de su cuerpo se derritió para esparcirse en mayonesa.

LunchWhere stories live. Discover now