"ʟᴀ ɴᴜᴇᴠᴀ ᴇɴᴄᴏᴍɪᴇɴᴅᴀ"

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El tintineo de las campanas resonaba a lo largo del pasillo de la iglesia, marcando el inicio de un nuevo capítulo en la vida de Hinata. Con pasos suaves y una sonrisa serena en su rostro, la joven monja de cabello azul y tez pálido se adentraba en la gran nave iluminada por la tarde. Era un lugar imponente, con altos pilares de piedra que se alzaban hacia el techo abovedado, y vitrales que dejaban caer destellos de luz coloreada sobre el suelo de mármol.

Hinata había sido enviada a esta nueva parroquia como parte de su servicio, un lugar de paz y devoción donde esperaba encontrar propósito y significado en su vida consagrada. Sus ojos perlados con matices lilas brillaban con expectación mientras se acercaba al altar, sintiendo la presencia tranquilizadora del lugar sagrado.

Mientras se ajustaba el hábito con elegancia, sus pensamientos fueron interrumpidos por la presencia de un hombre que parecía surgir de las sombras. Alto y de postura firme, de tez pálida y su cabello oscuro caía sobre sus hombros. Sus ojos, profundos y oscuros como la noche, la observaban con una intensidad que enviaba un escalofrío por la columna vertebral de la monja.

"¿Eres nueva aquí?", preguntó él con una voz profunda y resonante que parecía resonar en el espacio circundante.

Hinata asintió con suavidad, su timidez natural resplandeciendo mientras se encontraba con la mirada penetrante del extraño. "Sí, he venido para servir en esta parroquia", respondió con cortesía, intentando ignorar el leve cosquilleo de advertencia que sentía en el fondo de su mente.

El hombre asintió con una leve inclinación de cabeza, una sombra de curiosidad jugando en sus labios. "Yo también soy nuevo aquí", dijo, sus ojos negros brillando con un destello de ironía. "Aunque mi interés en la iglesia difiere un poco del tuyo".

Hinata frunció ligeramente el ceño, sintiendo que algo no estaba del todo bien con las palabras del hombre. "¿Cómo así?", preguntó con cautela, su corazón latiendo un poco más rápido mientras intentaba discernir la verdad detrás de sus palabras enigmáticas.

El hombre se acercó un paso más, su presencia imponente llenando el espacio entre ellos. "Digamos que tengo una afinidad por los lugares oscuros y las horas nocturnas", respondió con un tono sarcástico pero suave, como si estuviera bromeando y advirtiendo al mismo tiempo.

Hinata dio un paso atrás involuntariamente, sintiendo una extraña mezcla de fascinación y precaución. "Debo continuar con mis deberes", dijo con una ligera inclinación de cabeza, tratando de mantener su compostura mientras se alejaba hacia el confesionario más cercano.

El hombre la observó con interés mientras se alejaba, sus ojos siguiendo cada movimiento elegante que hacía. "Hasta luego, Hinata", murmuró en voz baja, saboreando el nombre en sus labios antes de desaparecer entre las sombras de la iglesia.

Más tarde, mientras la monja se arrodillaba en oración ante el altar, una sensación inquietante la invadió. La figura del hombre misterioso seguía rondando en su mente, sus palabras evocando preguntas que se negaban a ser ignoradas.

Sin embargo, lo que Hinata no sabía era que bajo los cimientos de la iglesia, oculto en los rincones más oscuros y secretos, había un culto de seres que acechaban en las sombras. Y entre ellos, uno con ojos negros y una sonrisa burlona, cuyo interés por la joven monja estaba lejos de ser meramente superficial.

El destino había entrelazado sus caminos en la encrucijada de la fe y la oscuridad, y ninguno de los dos podía prever las consecuencias de ese encuentro en los días por venir.



Ñam, bueno ese fue el primer capítulo jujuu, si les gustó me ayudarían mucho votando★

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 ‟ᴠᴀᴍᴘɪʀᴇꜱ ᴡɪʟʟ ɴᴇᴠᴇʀ ʜᴜʀᴛ ʏᴏᴜ"⭑ ˢᵃˢᵘʰⁱⁿᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora