Como conquistar al mariscal

Nadie entiende física cuántica

Veintidós minutos sin poder resolver el ejercicio que había dejado el profesor Adler en la pizarra, le era imposible poder comprender el tema que estaban aprendiendo, y la razón era porque desde que inició la clase no pudo apartar su mirada de él.

Tweek llevaba exactamente dos semanas teniendo ojos solo para el mariscal de campo, Craig Tucker.

Desde que habían tenido ese acercamiento tan romántico el pobre rubio no podía pensar en nada que no fuera el chico de chullo azul que tenía delante suya en clase. No tenía buena vista de su rostro pero se conformaba con ver su espalda jorobada por lo alto que era, y su perfil cada que le pedía un borrador a Token. También cuando se levantaba para ir al descanso, justo como ahora.

—¿No terminaste el ejercicio? —Wendy llegó para sacarlo de sus pensamientos y arrebatarle su cuaderno de física.

—No pude, realmente no entendí la clase —se excusó vagamente restandole importancia.

—Pero si tu siempre entiendes física.

—No desde que en su cabeza solo tiene a nuestro mariscal —antes de poder decir nada Bárbara hizo presencia en la conversación.

—Shhh Bebe, baja la voz —con un ligero rubor en las mejillas se hundió en su asiento y vio con duda a Wendy, ella no estaba enterada de su reciente crush con Craig y esperaba a ver su reacción. —¿Qué tiene? —la azabache solo lo miraba con la boca abierta.

—Nada, es solo que... —estaba dudosa de decir lo que pensaba, Craig Tucker era un chico del que no se sabía mucho y por eso tenía encima rumores desde los más creíbles, como que era un "fuckboy", hasta los más rebuscados que lo comprometían con algun cartel de drogas y cosas así. —No me mal entiendas pero creo que es de esas personas con las que deberías tener cuidado.

—¡Wen! Te preocupas demasiado, Craig es solo un chico exclusivo —justificó la rubia restando importancia a la recomendación de la chica. —El no habla con cualquiera y por eso la gente inventa chismes. No es para tanto.

—Bueno como sea, vamos al comedor que muero de hambre —dijo el rubio levantándose de su asiento para dirigirse al comedor.

Como todos, el también había escuchado los rumores sobre Tucker y si bien antes los creía ahora le daban completamente igual, algunos de esos chismes rozaban incluso lo ridículo, durante estas semanas se estuvo fijando en el comportamiento del azabache y no había nada peligroso en el, como dijo Bebe, su indiferencia al resto de personas hacía que lo señalasen demás y para Tweek ese trato no era justo.
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Su grupo era pequeño pero agradable, en su mesa del comedor era común verlos solo a los tres aunque hayan excepciones, como ese día que se unió al grupo un rubio de parka naranja. Kenny se acercaba a ellos cuando peleaba con alguno de sus amigos.

—Hola chico box. ¿No tienes hambre o qué?

Tweek solo había probado unos cuantos bocados de hamburguesa, en realidad dejó de comer cuando vio a Craig sentarse en una mesa cercana a la suya.