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angst, drama, fluff, temas delicados, posibles fallas ortográficas, 700+ palabras.

Beomgyu se quedó mirando el reloj en la pared del consultorio, sus pensamientos eran un torbellino de emociones y recuerdos

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Beomgyu se quedó mirando el reloj en la pared del consultorio, sus pensamientos eran un torbellino de emociones y recuerdos. Sabía que traer a Haewon a terapia era lo mejor para ella, pero no podía evitar sentirse ansioso al estar allí, especialmente después de haber descubierto quién sería el psicólogo de su hija.

La puerta del consultorio se abrió suavemente y Taehyun apareció en el umbral, con una sonrisa profesional que no llegó a sus ojos. Al ver a Beomgyu, su expresión cambió brevemente, una mezcla de sorpresa y nostalgia.

Beomgyu tragó saliva y trató de encontrar las palabras adecuadas, pero las palabras se quedaron en su garganta al ver cuanto había cambiado ese chico que en secundaria, era todo para el.

Taehyun suspiro en un torpe intento de hablarle, sin saber ni como iniciar, pero terminando rindiéndose y acercándose a Haewon, excluyendo a beomgyu.

-Hola, Haewon. Es un placer conocerte. -Taehyun se agachó para estar a su altura, tratando de parecer lo más accesible posible-. ¿Te gustaría entrar conmigo para que podamos charlar un poco?

Haewon tenía una mirada vacilante en el rostro, antes de girar a ver a su padre, que le asintió con la cabeza, y optó por tomar la mano de el otro chico, para entrar junto a él a aquella habitación, con juegos en un estante bien acomodados.

"como una cuerda rota, imposible de atar sin dejar un nudo incómodo y frágil

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"como una cuerda rota, imposible de atar sin dejar un nudo incómodo y frágil."


Todavía recordaba a ese chico en el club de música, de ojos grandes, extrovertido y amable, que se le había acercado apenas intentaba incorporarse en el club.

Era su primer día en el club de música, y Beomgyu estaba nervioso. Siempre había amado la música, pero entrar en un grupo nuevo siempre le daba algo de ansiedad. Justo cuando estaba afinando su guitarra, sintió una presencia a su lado.

-¡Hola! Soy Taehyun, me verás seguido por aquí, así que es mejor que sepas mi nombre. -La voz del chico era alegre y despreocupada, su sonrisa tan brillante como sus ojos.

Beomgyu levantó la mirada y lo vio. Taehyun parecía más pequeño que él, pero su energía llenaba la sala. Llevaba una camiseta color blanca que parecía directa de el Instituto y unos auriculares colgando de el cuello.

-Beomgyu, Choi Beomgyu. -se presentó, devolviéndole la sonrisa al chico bonito que tenía enfrente-. Encantado de conocerte, Taehyun.

Taehyun asintió, y sin perder un segundo, empezó a hablar sobre los planes del club, los próximos eventos y la escuela en general.

Beomgyu solo escuchaba y asentia, aunque no entendiera nada porque solo llevaba un día tanto en el club, como en el Instituto.

Estaban caminando por el parque, las luces de las farolas creando un ambiente acogedor

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Estaban caminando por el parque, las luces de las farolas creando un ambiente acogedor. Beomgyu y Taehyun se detuvieron en su banco favorito, el mismo en el que habían pasado incontables horas hablando sobre sus sueños y miedos.

-¿Sabes algo, Taehyun? -Beomgyu rompió el silencio, su voz temblorosa pero decidida-. Creo que... me estoy enamorando de ti.

Taehyun lo miró sorprendido, sus ojos brillando bajo la luz de la luna. Sin decir una palabra, se inclinó y posó sus labios sobre los de Beomgyu en un beso suave y dulce. Fue un momento mágico, lleno de promesas y esperanza.

Cuando se separaron, Taehyun sonrió tímidamente.

-Yo también me estoy enamorando de ti, Beomgyu.

cada una de esas cosas que había compartido con el chico que actualmente atendía a su hija, cada una de ellas vivía en cada célula de su ser, conformando a la persona que era ahora

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cada una de esas cosas que había compartido con el chico que actualmente atendía a su hija, cada una de ellas vivía en cada célula de su ser, conformando a la persona que era ahora.

Volvió a la realidad en cuanto una brisa que venía de la ventana abierta de la sala, golpeo su mejilla, sintiendo un nudo en la garganta. El recuerdo de ese primer beso le recordaba lo profundo de su conexión con Taehyun y lo que habían perdido al separarse.

La puerta del consultorio se abrió y Taehyun salió con Haewon. Beomgyu se levantó rápidamente, tratando de esconder sus emociones bajo una fachada de calma.

- ¡Papá! Taehyun es muy bueno, es tan amable. -dijo Haewon con una sonrisa, rompiendo el hielo.

Beomgyu miró a Taehyun y asintió, agradecido.

-Sí, lo es, Haewon. Lo es.

Haewon sonrió, despidiéndose inmediatamente de Taehyun, para irse junto a beomgyu, mientras beomgyu miraba con una punzada de tristeza a Beomgyu.

- Gracias.

- HOLA

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- HOLA. 3 capítulos vieronn, soy un queso

- skinny

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⏰ Última actualización: Jul 11 ⏰

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Kryptonita  ©  BeomhyunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora