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—Laila!!—. Grito Pedri desde las gradas de abajo.

Hoy era su primer partido de la temporada, Pedri estaba muy nervioso no paraba de hablar de eso desde anoche.

Prometí que lo acompañaría con la condición de llevar a Alana, él no tuvo ningún problema y aceptó.

Y como soy una chica de palabra me aliste tres horas antes de su partido, y como siempre no terminé. En mi defensa nadie me había dicho que tenían que estar una hora antes y todavía teníamos que recoger a Alana.

Su partido era a las 7:00pm. Eran exactamente las 5:50pm. Cuando bajé para ir a recoger a Alana.

Estaba haciendo un poco de frío así que me puse unos pantalones de mezclilla, una camiseta del Barca sin ningún nombre ni número que me regaló Pedri y una chaqueta de mezclilla.

Llegamos a casa de Alana y ella no tardo en salir.

—Quita esa cara Pepi, solo llevamos atrasados 5 minutos—.Dije para molestarlo más.

A lo cual él me volteó sus ojos y Alana soltó una pequeña risa.

—Se puede saber que da tanta gracia Alana?—. Pregunto Pedri levantando una ceja.

—Quita esa cara Pedri que estamos llegando puntual—. Dijo Alana continuando con su risa.

—También quiero que te rías así cuando hoy te dedique un gol.

Alana se puso muy roja y nerviosa a lo que Pedri solo soltó una carcajada.

Llegamos al Camp Nou, y como siempre un montón de aficionados estaban pidiendo fotos a Pedri.

Al llegar Pedri se fue a los camerinos y nosotras nos sentamos cerca a los banquillos, lleve mi cámara para tomar algunas fotos al equipo y ver si me podían servir para algún trabajo.

Después de un largo tiempo empezó el partido. Pablo y Pedri estaban de titulares, la verdad no sabía absolutamente nada de futbol pero gracias a Alana ya entendía un poco.

En el minuto 25 metió el primer gol a favor Lewandowski, Alana saltó de alegría, por mi parte yo solo aplaudí, odio los gritos, creo que por eso no me gusta el futbol.

Acabo el primer tiempo, a lo lejos vi que venía Sira con una sonrisa en su rostro.

—Hola perdida—. Dijo Alana mientras la abrazaba.

—Hola lindas, se nota mi barriga?—. Nos preguntó poniéndose de lado.

La verdad no se notaba ni un poquito, pero era entendible ya que solo pasaron unas cuantas semanas desde que nos enteramos.

—Cuanto llevas?—. Pregunté a Sira.

—Dos meses y medio cariño. Pueden creer que cuando me enteré tenía ya casi dos meses!.

Continuó el segundo tiempo, este tiempo estaba más reñido que el anterior, el equipo contrario estaba presionado mucho más.

En el minuto 51 nos remontaron, todos estábamos muy nerviosos, Alana no dejaba de morderse las uñas y Sira no paraba de insultar a los árbitros.

El partido estaba por acabar, el alargue era de 5 minutos y ya estábamos en el 3 minuto. Depronto Pedri, dio una fuerte patada de la mitad de la cancha al arco y marcó el gol que daría al Barça la victoria.

Todos saltamos de alegría, tomé mi cámara rápidamente para tomarle algunas fotos a mi primo y como él aseguró le dedicó el gol a mi pelirroja señalándola y haciendo un corazón con su mano para luego besar el escudo de su club.

Un encuentro inesperado en Barcelona// Pablo Gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora