Dos pequeños niños jugaban en la caja de arena, ninguno peleaba por quien construía el mejor castillo, es mas, ambos estaban solo enfocados en hacer uno solo, uno muy grande. Ajenos a todo, jugaron toda la tarde. A una hora determinada, el niño de grandes mejillas, fue tomado de la mano por su madre, con un gesto de mano se despidió de su nuevo amigo que hablaba raro y prometió volver al día siguiente a la misma hora.
Minseok miraba con el ceño fruncido a Luhan. Luhan mantenía la misma expresión enojada desde hace unos minutos, esperando. Ambos con las mejillas rojas del enojo, con los las manos a ambos lados de sus caderas echas puño, hombros levemente encogidos, esperando por si alguno de los dos se le ocurría echarse sobre el otro en cualquier momento.
A una distancia de tres metros y medio se miraban por primera vez con rabia.
Minseok había pillado a Luhan besando a una compañera de clase, escondidos dentro de la sala de música e inconscientemente, se había puesto muy celoso.
Minseok, a sus 16 años, mantenía su mayor secreto muy guardado en el fondo de su corazón. El estaba enamorado de Luhan, y el simple hecho de pensarlo, le hacia hervir la sangre. Esa niñita había besado a Luhan, se había atrevido a poner sus labios asquerosos sobre los bellos labios de Luhan, lo había tocado, con sus sucias manos había tocado el cuello y mejillas de Luhan y eso, Minseok no lo iba a dejar pasar.
Luhan, a sus 16 años, mantenía su mayor secreto muy guardado en el fondo de su corazón. El estaba enamorado de Minseok, y el simple hecho de pensarlo, le hacia doler el alma. Minseok era muy popular entre las chicas -y el también- pero imaginarse que algún día, Minseok tenia que corresponderle a alguna, solo lo hacia pensar en abandonar el estar enamorado de su amigo, resignarse, buscarse una novia para olvidar las bellas mejillas regordetas que siempre había soñado con morder, olvidar su hermosa sonrisa y esos ratonescos dientes, esos gatunos ojos y esas suaves manos que tomaban las suyas sin ninguna razón aparente.
Al día siguiente, Minseok había vuelto a ir al mismo parque. Se había sentado en la caja de arena a esperar a su nuevo amigo, pero el nunca llego.
Triste, se dedico a hacer figuras amorfas en la arena. Tomando puñados de esta, viendo como se escurría por entre sus dedos. Su madre, la cual lo miraba desde una banca no tan alejada, se le acerco, preocupada, ya que su hijo no estaba jugando, solo se la había pasado media hora sentado mirando la arena con tristeza.
El niño, con lagrimas en los ojos le dijo que ya no quería estar ahí, pero que mañana volvería, quizás así, con eso volvía a estar feliz.
Hace cinco minutos que el autobús se había ido y el arrebol de la tarde, hacia que ambos rostros se vieran de un color rojizo medio naranjo. Luhan bufo, Minseok le había soltado algo así como que el era un mal amigo, que ya no lo quería, que nunca mas volvería a juntarse con el y Luhan solo pensó en lo infantil que eso sonaba.
Se le acerco, dispuesto a hacerlo entrar en razón pero, el empujón que recibió desde los hombros lo hizo ponerse en alerta y volver a su estado de enojo.
Le soltó mil y un tipo de exclamaciones, pidiendo una explicación y Minseok solo se mantuvo inmóvil, mirándolo con dolor y lagrimas en los ojos.
Luhan no podía entender. Si a Minseok algo le pasaba y le dolía, a el le dolía el doble, porque su amigo estaba actuando de manera extraña y no sabia por que.
Al tercer día de volver a aquel parque, camino tomado de la mano de su madre con la esperanza de encontrarse con su nuevo amigo. Corrió en dirección a la caja de arena y efectivamente, ahí estaba, dibujando caritas tristes a su alrededor.
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Inmarcesible.
Short StoryInmarcesible, que no puede marchitarse. "Por que el amor de ambos era inmarcesible" OneShot LuMin/XiuHan.