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Caridad
"Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor."
1 Corintios 13:13
Mini maratón 2/2
Hadasa.
—Dime que te diviertes, muñeca.El asco me provoca una arcada que me trago sin pensarlo dos veces. No quiero, ahora, también oler a vómito, suficiente tengo con el olor a sexo. Ver a Vicent subirse la bragueta del pantalón mientras me guiña un ojo, hace que comience a rasguñarme la piel como cada vez que termina. Para mí, es como si estuviera limpiandome, cuando no es así. Cuando cada vez que abro los ojos me siento más sucia que el día anterior.
Hace exactamente un mes que perdí mi pureza.
Es horrible, doloroso y asqueroso.
Yo imaginaba que perdería mi santa virginidad cuando estuviera casada, con un anillo en el dedo que indicara que era parte de un hombre, que sería bajo el mandando de Dios. Pues, no fue así.
Vicent me metió en este lugar de mala muerte, me dejó tranquila durante unos días, hasta que se cansó. Rompió mi ropa, hasta la última prenda. Me tiene tirada en la misma habitación en la que desperté cuando llegué aquí. No he visto el sol. No he visto otra cara que no sea la de él. No he visto otra cosa que la sangre seca en el suelo, producto de que me desvirgaron. De que ya no soy pura. Verlo todos los días me es repulsivo y asqueroso.
Vicent me tira una bata con la que me cubierto todo este tiempo, es lo único que me recuerda que de soy una persona y no una prostituta sacada de la calle, de que mi cuerpo es solo un objeto con el que Vicente se divierte.
Ha tomado una rutina. Un día me viola, usa, abusa, disfruta todo lo que quiere y al siguiente me golpea, maltrata e intenta asesinarme. Y así es todos los días. Solo recibo una porción de pan con agua una vez al día, para que según él, su diversión dure un poco más.
"...No me desampares, oh Jehová;Dios mío, no te alejes de mí.
Apresúrate a ayudarme,Oh Señor, mi salvación..."Es el trozo de Salmo que ha estado en mi cabeza desde que esta agonía empezó. Lo único que he hecho es pedirle a Dios que me saque. Viva o muerta. Ya no me importa.
Vicent se va, dejándome sumergida en la oscuridad, y ojalá fuera eso lo que me diera miedo, pero no, tengo miedo de amanecer viva mañana y que todo se repita una y otra vez. Escucho como cierra la puerta con seguro, como si fuera a escaparme. Me paso la bata por encima de la cabeza y me limpio las lágrimas que corren por mis mugrientas mejillas. Llevo mis rodillas a mi pecho y las envuelvo con mis brazos, tratando inútilmente de darme algo de calor.
No hay peor tortura que tu mente maquinado en medio del silencio. Es horrible. Es frustrante. Es abrumador. Hubiera preferido que me matara ese día, que acabara con mi vida, que se cobrara lo que sea que le debo con mi sangre, él decidió tomar lo más valioso para mí. ¿Lo peor? Es que que si logro salir viva de aquí todos me verán con lástima y compasión, me verán con asco, me dirán que ya no valgo, me culparán de mi estado y afirmaran que es mi responsabilidad.
Como puedo me muevo al rincón donde me acurruco con mi cuerpo, mis pensamientos y mi dolor, igual que todas las noches. Hoy se siente distinto. Hoy duele más, ha pasado un tiempo considerado y nadie ha vendido por mí. Ni siquiera sé en dónde estoy. Un dolor en mi vientre hace que me retuersa, me aprieto la zona y me araño con las uñas, tratando de apaciguar un dolor que no se extingue.
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RADIANTES
EspiritualS. Juan 1:9-12 RVR1960 [9] Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. [10] En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. [11] A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. [12] Mas a to...