El legado || Lee Felix [SKZ]

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Pov Lavanya

Cuando naces tus padres te dan un nombre y un apellido el cual ocuparas el resto de tu vida; con esto te condenan a ser parte de una familia y con ello tienes que seguir sus costumbres; van a querer que compartas sus ideas, que les des la razón, que los respetes, y por más que intentes decir que su forma de pensar o de actuar es incorrecta, nunca los vas a poder hacer cambiar de opinión; al final del día frente a los demás eres una de ellos; sus errores son los tuyos; Puedes cambiar tu nombre, tu apellido, mudarte e iniciar de nuevo, claro que puedes hacerlo; pero no dentro de mi familia; tal vez ellos me aterran tanto que prefiero hacer lo que digan antes que desafiarlos; nací para esto, fui condenada al nacer y no tengo forma de cambiarlo, yo no puedo elegir, ese derecho me fue arrebatado; fui educada desde pequeña para tomar las mejores decisiones, para no ser una deshonra y ser digna de gobernar Alderway.

La familia Clemont, gobernantes de Alderway por generaciones, creadores de una sociedad con la misión de gobernar sobre los hijos malditos; vampiros, hadas, brujas y demonios; unidos para derrocarlos y buscar el bien para los humanos... 

pero como todas las monarquías existen secretos; secretos que solo los mayores de la familia conocen; si uno de esos secretos llegara a conocerse la familia estaría destruida, yo no sabía el contenido de ellos pero estaba segura que conocía muy bien a las personas que me criaron y seguramente están lejos de ser perdonadas. 

Como cada fin de mes la casa real organizaba un baile para las familias pertenecientes a la sociedad; las cuales no eran demasiadas; la mayoría de ellas no llegaban al status requerido; pero tenían la influencia necesaria para que todos se enteraran de lo ocurrido en los bailes; al final todo el país sabía lo que pasaba ahí. 

Aún recuerdo perfectamente ese día; el día en en el que uno de sus secretos más grandes fue revelado.

En el Gran Salón el baile de fin de mes daba inicio;  Lavanya y Seamus, su mentor, se acercaron a las enormes puertas de marfil frente a ellos. Ella cerró los ojos con fuerza.

Anheló estar afuera, jugando ajedrez con los hijos de los sirvientes. Cualquier lugar era mejor que el gran salón, sabiendo que sus padres la esperaban tras esas puertas. Dos guardias,  impecables dentro de sus uniformes abrieron las puertas para ella mientras se aproximaba.

Su corazón latía salvajemente en su pecho. Algo estaba mal, podía sentirlo. Wardley notó su preocupación.

     -- Lavanya, mi niña, mirame.Todo va a estar bien. Voy a esperarte aquí afuera. No es nada que no hayas hecho antes; solo es un baile.

    -- Y recuerda, estas aquí por una razón muy especial. Intenta ser respetuosa , cariñosa y educada. Son tus padres y  gobiernan este reino. Trata de recordar eso. Todo lo que los reyes hacen lo hacen por el País.