- Dedicatoria a Arianna Moreno
"Las flores se extendían por un diminuto claro: rosas silvestres, trillium, violetas; una variedad tan amplia que la hacían rebosar de júbilo. Ella las recogía espiga a espiga en un denso y hermoso ramo, formando en él una belleza tal que por poco se acerca a la de ella. Mechones ondulados más brillantes que el oro, rasgos tan delicados que no compadecen ante los de un ángel. Aquella vista con la cual muchos se quedarían embobados era una escena que comúnmente se repetía. Sin embargo, por hoy ya era momento de irse".
"Un día soleado y bello. Pájaros cantando, olor de comida exquisita en cada esquina de ese pueblo. Aquella niña se desvió más de lo necesario en su trayecto a casa para saludar a sus vecinos, pero a fin de cuentas su destino era claro. Terminó en una pintoresca casita en el centro de la civilización, con rebosantes jardines que no compadecen ante los prados circundantes".
"Su madre la recibió con cariño y dulzura, aunque claramente no le hacía tanta gracia que la chica se fuera sola por ahí. Ella le dio el ramo como un juguetón soborno, pintando una ligera sonrisa en la boca de la mujer".
- Bien querida, ya te divertiste mucho.
- No pasa nada mamá, todavía es temprano.
- Sí, cielo, pero las cosas se tienen que hacer en el momento que se les asigna, no tienes que dejar que estas se te acumulen. Eso se llama procrastinar, corazón.
- Creo que entonces procrastino mucho, mamá.
- Sí, pero eso se ha de corregir luego, ahora es tiempo de otra cosa.
- ¿No es sobre lo que estábamos hablando?.
- Exactamente, cielo. Así que no hagas desidia y ve a hacer lo que te había pedido.
- La abuela no es tan vieja, mami, aún no veo por qué tengo que llevarle la comida.
- Esa boca, niña, es porque está enferma, solo será por unos días. Ten, aquí está la canasta con todo. Conoces el camino, no te desvíes, ¿sí?.
- Sí, mamá, siempre me lo dices y siempre te obedezco.
"Eso... era una soberana mentira. La chica terminó la frase refunfuñando, pero su madre solo le arqueó las cejas de una forma bastante perspicaz".
- Bueno, ve, te quiero en casa antes del atardecer.
"Tal vez sea tarde para mencionar, pero no hará daño ser un poco impertinente. Ella solía escaparse en cada uno de sus mandados, divagando entre claros y valles que se extendían a kilómetros de su casa. Esa pequeña y arriesgada afición la alejaba de las personas con las cuales debería relacionarse: chicos y chicas de su edad, para ser exactos. Resultaba imposible para esa gente conectar con ella, con alguien que solo busca socializar cuando le conviene. Una chica con la cual cada ser humano desearía entablar una amistad por propia intención, alguien que no carecía en ningún momento de la atención de nadie. Eso le generaba un diminuto vacío que durante años estuvo tapando con la hermosura de su entorno y paisajes, con la grandísima suerte de no darse cuenta, incluso a día de hoy. Uno podría pensar que así son todos los adolescentes, apáticos y obstinados en lo único que les importa. Pero solo con observar a los demás chicos te das cuenta de lo errado que estarías al pensar eso... La soledad de esa chica es autoprovocada".
"Tristemente, eso no podría arreglarse de otra manera".
- Cariño, te tengo un regalo para antes de que te vayas.
"La madre le extendió una caperuza tan larga que le llegaba hasta los pies, blanca como la nieve y de una tela poco accesible para esa familia. La niña se mostró rebosante de alegría por algo que para muchos no era más que un trapo, cosa que, aunque parezca curiosa, era la única prenda de ropa que le llamaba la atención. Nada de vestidos o maquillaje costoso, una simple capa era todo lo que necesitaba para sentirse diferente. La niña abrazó entusiasmada a su madre por un presente que para ella era inesperado".
- Está hermosa mamá, es exactamente la que quería.
- Sí, tu padre no pudo contenerse cuando le dije que la querías.
"Ella gimoteó de alegría una vez más, estrujando con cariño la capa".
- Bueno, ve de una vez, se te va a hacer tarde.
"La niña salió saltando con una sonrisa enorme en su cara, balanceando la canasta al mismo ritmo que su juguetona marcha. Ese mismo paso la llevó hasta las orillas del pueblo, y las orillas del pueblo hasta el sendero que daba conexión con la casa de su abuela".
"Cuán costoso puede ser un error. Cuando uno es joven, los riesgos no son tomados en serio. No es que seas tonto o incapaz de razonar las consecuencias de los actos, sino que estás bañado del ímpetu que te da la juventud. Parece que todo lo puedes, que tienes habilidad para cualquier cosa, que no serán tan graves las consecuencias. Eso le ha pasado a mi padre, a los tuyos, a mí, y ahora esta chica peca de ello. ¿Puede catalogarse como responsable a alguien que está en esta etapa? Esa es una pregunta que es demasiado tarde para hacerse".
"En ese día, en ese trayecto, aquella joven tomó una decisión guiada por la desobediencia hacia su madre, un acto inocente y que todos en algún momento cometimos, pero solo Dios nos salvó a cada uno de las horrorosas consecuencias que eso puede llegar a traer. Para desgracia de cualquiera con un poco de empatía, esa chica fue la excepción".
"Al tomar un camino mucho más recóndito de lo que debería, ella misma permitió que se le pusiera fin a su vida. Todo por querer divertirse más en el trayecto, disfrutar de las maravillas naturales que tanto le fascinaban. Ese día tuvo la mala suerte de toparse con bandidos locales. ratas sin principios, sucias y sin una moral que valga la pena destacar, simples despojos humanos a los que llamar lobos les quedaría muy grande... No quiero, no me veo capaz de narrar y matizar a detalle lo ocurrido. No puedo creer lo fácil que es mancillar el orgullo de esa pequeña chica, el cinismo con el cual se apoyaron unos a otros. Ninguno discrepó, ningún cazador se hizo presente, nadie tuvo la mínima piedad contra ella. Ese hermoso manto blanco que su madre con tanta ilusión le regaló se fue manchando de rojo por su propia sangre. Primero solo unas manchas, pero con el pasar de las horas se cubrió por completo. Ese líquido carmesí corría a la par que esa chica era mancillada, convirtiendo esa prenda en una caperuza roja. Desde aquel entonces, uno de mis más grandes deseos es que el final de esa chica no sea conocido. Puede que piensen que estoy loco por pensar así, pero amo la perfección de una mentira esperanzadora, ignorando la enfermedad de la realidad".
"Los lobos siguieron acechando, el cazador se dedicó a cazar, los padres a criar a un nuevo hijo, pero esa niña no pudo seguir el camino de su inocente vida. Sea o no culpable de la manera en que se quiera analizar, aquel día un vivido rayo de luz compadeció ante la crueldad que esos hombres tuvieron el sadismo de mostrar. Marchito la esperanza más que tangible de alguien que por dónde preguntaran era prometedora, derramando su orgullo por el suelo como si no fuera más que agua de desecho. Esa idea, ese precedente, ese sencillo y diminuto hecho, solo serviría para reafirmar algo en ese pueblo que por momentos a la gente se le olvidaba".
"Dulce y bella niña, en verdad deseo que obtengas las fuerzas que esos bastardos te quitaron. Tal vez lo diga como un mero gesto de respeto y cortesía, apelando de forma descarada a la crianza tan alejada de esos sucesos que virtuosamente me fue dada. Sea o no verdad, nada de lo presente se verá afectado."
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CAPERUCITA ROJA
Fanfiction"Caperucita Roja" es un cuento de origen europeo que fue popularizado por los Hermanos Grimm en el siglo XIX. Originalmente, era un relato metafórico que se valía de la fantasía, como animales parlantes, para difundir el mensaje de obediencia a los...