El templo estaba lleno de globos y muchos niños corrían y jugaban en los inflables que había por todo el patio..
Sayuri sonreía alegremente brincando con sus amigos saludando a sus padres que la observaban a la distancia
La señora Higurashi sostenía a la pequeña Kagome que balbuceaba y se metía la pequeña manita en la boca haciéndola reír
Shippo y Shiori preparaban el pastel e Inuyasha y su familia apenas llegaban a la reunión
-Tío Inuyasha!!!- grito Sayuri bajando de un brinco de los juegos...
-Que bueno que vinieron Inu- se acercó la Miko - por fin puedo conocer a tu familia
-Eto!!!, si, mira te presento a mi esposa Miyo.. y este demonio que esta escondido se llama Kosei - decía el hanyou empujando a un pequeño niño al frente
-Mucho gusto Kagome- decía la mujer de Inuyasha
La fiesta transcurrió como una hermosa reunión familiar, todos reían y bromeaban, habían transcurrido 6 meses desde aquel fortuito encuentro..
Era hora de soplar las velas del pastel
Todos al rededor de la mesa miraban con ternura como la pequeña Sayuri cerraba sus ojitos y con mucha emoción soplaba todas sus velas, los aplausos no se dejaron esperar
-¿Cual fue tu deseo peque?- le pregunto Inuyasha..
A lo que Sayuri respondió con una enorme sonrisa y casi gritando.
-Pedí un hermanito!!!!!!-
Los colores subieron de golpe por el rostro de Kagome, su rubor podría ser comparado con un buen tomate maduro
La risa de todos los presentes inundó el lugar...
La tarde se fue dando lugar a la noche, los invitados se fueron retirando a sus hogares..
Inuyasha y su familia así como shippo, Shiori y su bebe también se habían marchado, Sayuri estaba profundamente dormida en los brazos de Souta-Es hora de ir a casa- dijo Sesshoumaru intentando tomar a su hija de los brazos de su tío
-Quédense aquí!, ya es tarde para que conduzcan hasta su casa- les suplico Naomi, la.madre de Kagome- Tu habitación esta limpia..
-Esta bien mamá, en un momento más entraremos- le respondió la miko
Souta y Naomi ingresaron a la casa dejando a la pareja solos..
-Ven amor.. caminemos- le dijo Kagome tomando la mano del Yōkai
Caminaron por los patios del Santuario hasta llegar al viejo cobertizo del pozo..
-Aqui fue donde todo comenzó- le decía entrando a la vieja construcción
Bajaron la escalera escuchando el crujir de la madera
-Este es el pozo por el que viajaba al pasado.. gracias a él pude conocerte y amarte- le decía Kagome al Lord
Nunca antes lo había llevado ahí, el no había pedido ser llevado tampocoSesshomaru la abrazo con ternura y la miró a los ojos
-Este es el pozo que me dio la oportunidad de amarte..- le respondió el
La besó con pasión y lentamente comenzó a bajar el tirante del vestido para acariciar sus hombros, un escalofrío recorrió al cuerpo de la miko, los labios del Lord bajaron por su cuello hasta sus pechos, generando un gemido en la mujer
-Me encanta eso- gruñía Sesshoumaru mientras ella se perdía en un mar de placer, el levantó la falda y la sentó a la orilla del pozo colocando las piernas a sus costados se desabrochó el pantalón para liberar su poderosa erección, sin pensarlo dos veces se enterró en lo más profundo de su vientre causando un grito de satisfacción..
-oh.. Sesshoumaru.. - dijo besando los labios de su compañero con deseo y abrazándolo para permitirle mejor agarre
Prontos vieron en el suelo del cobertizo entregándose a la pasión, el Lord empujaba con desesperación y ella no podía contener los gemidos qué brotaban de su boca..-Grita para mi.. miko- le susurraba el Lord al oido mientras la embestia con fuerza..
Kagome estaba tan extasiada que no lo hizo esperar mucho y enterrando sus uñas en la orilla del pozo haciéndole saber que había llegado a tocar el cielo...Empapada en sudor sonreía a su compañero aún sentada en el pozo rodeando la cintura de su pareja con la piernas..
-¿Y eso... que fue?- pregunto la miko aun intentado recomponer su respiración..
-Hn.. la cachorra quiere un hermanito.....- le respondió sonriendo el Daiyokai...
Fin....

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A Pesar Del Tiempo...
FanfictionUna historia corta, pero con mucho cariño para mis lectores que me han tenido paciencia y han sabido esperar...