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El primer día enseñando en la academia Kimetsu, enseñar en donde fui formado y donde me apasioné por la docencia.

Yo fui el último en ingresar en el plantel docente, conozco a todos los demás profesores, y podría decir que con la mayoría somos amigos. Uzui, mi amigo desde primaria, en el momento que empezó a enseñar en la academia me insistió en que podría hablar con el director Ubuyashiki, pero me negué, quería centrarme en la beca que tuve de maestría universitaria.

Además, habia insistido a mis padres de mudar a Senjuro, a pesar de que es un buen lugar donde estudiar, el primer año de Senjuro habia sido en un instituto alejado de aquí, él podía quedarse conmigo las veces que quisiera.

En este momento, lo estaba buscando, la hora del receso inició y habia quedado con Uzui para almorzar, pero necesitaba saber de mi hermanito, o como mínimo, asegurarme de que no esté solo.

— Mi montoncito de azúcar — La voz de Uzui me retumbó la nuca, pude sentir su agarre en mi brazo, jalando de este de un lado a otro

— Uzui, basta, estás llamando la atención. No quiero que piensen que tengo esas fijaciones.

— Bebé, ¿así es como me recibes?. Auch...—. Fingió indignarse, y caerse de espaldas, sabía que si no lo atajaba, posiblemente se reviente la cabeza contra el suelo, por lo que rápidamente lo sujeté.

Negué con la cabeza varias veces y seguí buscando con la mirada a Senjuro, después de unos segundos pude divisar su cabellera rubia en una mesa, estaba junto los alumnos de último año, podía reconocerlos aunque no me recordaba del todo sus nombres.

Una sonrisa bonita llamó mi atención por un largo tiempo. De ella si podía recordar su nombre,  Hirawa, ______ Hirawa.

— ¿Senjuro hizo amigos? — Preguntó Mitsuri, leal amiga mía desde preparatoria, cuando yo estaba en último año, ella recién ingresaba y como es novia de nuestro amigo Iguro frecuentaba con nosotros en los tiempos libres. Es una mujer bastante amable y agradable.

— Sí, se ve feliz —. Asentí y abrí mi bentō, tenía demasiada hambre a ser sincero, tenía nervios.

— ¡Aw, que bueno!. Tu hermano es un amor, ¡es un mini tú pero más dulce!. No tenía idea de que eso fuese posible—. Ambas de sus manos fueron a parar en sus cachetes rosados.

— ¿Iguro no vino hoy?— Pregunté dandole un bocado a mi almuerzo. Ella simplemente negó.

— Hoy no tenía que venir a enseñar química entonces ni se molestó, pero fue tan tierno, me preparó el desayuno.

— Hasta el día de hoy no puedo creer que Iguro tenga ese lado, el poder de las mujeres es increíble. Lo tiene a él como mi fuego ardiente a mí, ¿no es así? — Uzui me abrazó por el cuello tratando de besarme en la mejilla

— Ayúdame — Hice muecas y traté de quitarme a ese grandulón de encima.

— Ay porfavor, te mueres por mi rubio, sin mi no eres  na-da. — dió golpecitos en mi pecho.

— ¿Que no tienes lienzos que pintar? — Pregunté con intención de que parara de fingir que estamos casados

— Justamente estaba trabajando en un lienzo de nosotros dos desnudos con dos leones al costado y pieles de zorro tapandonos — Hizo un ademán con la mano, como si midiera un lienzo. Solo pude negar con la cabeza, y Mitsuri no dejaba de reir.

Butterflies ⋆.°🦋༘⋆ - Kyojuro Rengoku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora