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El silencio que inunda su habitación es irritante

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El silencio que inunda su habitación es irritante.

Su ceño se frunce y empuja un mohín inconsciente en sus labios mientras sus dedos teclean con rapidez sobre la pantalla de su teléfono.

10, 15, 25 líneas enteras de las quejas que tiene hacia ese traidor que se hace llamar su mejor amigo.

Tenya cree que su título como médico le da el derecho a hacer cosas a sus espaldas.

En realidad, solo busca en quien descargar un poco de su frustración porque sabe que la mente maestra de este plan no es nadie más que Izuku.

Pero está bien, Tenya lo entenderá.

Está tan concentrado en su berrinche que no nota la mirada burlona que lo juzga desde la puerta. Izuku recarga su peso sobre el marco y niega levemente con la cabeza.

—Realmente estás molesto— su voz es divertida mientras afirma, haciendo que Shoto de un brinco en su lugar. Su mirada heterocromática se eleva para verlo mientras él se dedica a cerrar la puerta a sus espaldas.

—No contigo— se apresura a aclarar, sus brazos extendiéndose sin pensarlo hacia Izuku, como una invitación para acercarse; y cuando sus manos se tocan, Shoto no tarda en acariciar el dorso con sus pulgares, guiándolo para que se siente sobre su regazo.

—Lo sé— susurra casi sobre sus labios, y sus manos pálidas y temblorosas sujetan las mejillas de Shoto, sus dedos acariciando sobre sus pómulos, su frente, y la vieja cicatriz que cubre su ojo izquierdo.

Y a pesar de todo, piensa Shoto, a pesar de que las manos de su Izuku ya no lucen tan fuertes como antes, siguen siendo igual de cálidas, siguen sosteniéndolo con ternura y cariño, con ese poder inmensurable sobre él. Y Shoto no puede hacer más que adorarlas, como siempre lo ha hecho, con esa devoción latente besa cada una de sus palmas.

E Izuku finalmente inclina su rostro para besarlo.

—No seas grosero con Eiji-kun ¿si?— Dice al separarse, sus pestañas revoloteando de esa manera en la que sabe Shoto no podrá negarse. Shoto suelta un sonido desde el fondo de su garganta como afirmación, pero eso no parece convencerlo y pellizca una de sus mejillas entre sus dedos.

—Lo haré— Afirma con palabras esta vez, quejándose exageradamente del leve dolor en su mejilla, mientras su esposo sonríe dejando un último beso sobre la punta de su nariz.

Se aleja del regazo de Shoto y antes de que él pueda empezar a extrañarlo, Izuku se deja caer sobre la cama, palmeando ligeramente el espacio a su lado, una invitación para Shoto.

Una invitación que no duda en tomar con una sonrisa suave. Una siesta no suena mal después de todo. 

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Sus ojos rojizos se abren con dificultad ante el sonido molesto de la alarma de su celular sonando justo en su oído.

Su vista se clava en el techo que no le resulta familiar, su mente tratando de procesar unos segundos más en donde se encuentra. Y se queda ahí, viendo a la nada mientras espera a que el resto de su cuerpo despierte, sonriendo cuando a sus oídos llega el ruido de las aves a lo lejos.

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⏰ Última actualización: Sep 15 ⏰

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