capitulo

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En una ciudad de Grecia, en una zona rural cercana a la ciudad de Nikea había una linda chica de pelo castaño y medio corto que tomo la dura decisión de mudarse del campo a la ciudad en busca de nuevas oportunidades, pues su familia estaba en problemas económicos y ella no quería ser una carga para sus padres, personas de avanzada edad a los que ella admiraba y les debía la vida asi como sus estudios es asi que decidió encaminarse a la estación del tren en compañia de ellos con lágrimas en los ojos es asi como la joven de 25 años subió al tren con mirada de esperanza pues anelhaba volver a ellos y asi darles la vida que ellos merecian.

No había otra forma de ayudarlos, pues en el pueblo había cada vez más gente y menos la oportunidades de trabajo para una chica recién graduada. Así es por más difícil que fuera el proceso tenia que salir todo bien.

-cariño, ¿Estás segura de esto?- hablo mi madre apenas había puesto un pie en el vagón.

-no hay otra opción mamá el trabajo es cada vez más escaso- la mire con dolor -tu y papá no pueden trabajar más, el medico se los prohibió- baje del vagón y los abrace a ambos.

-mi niña, eres la mejor hija que tú madre y yo pudimos tener- mi padre me abrazó de vuelta con unas lágrimas en los ojos, sabía que no quería llorar.

-ten mucho cuidado Gia, la ciudad es muy diferente a donde hemos vivido- hablo mi madre abotonando mi abrigo -no olvides enviar cartas.

El silbato del tren sonó, sabía que tenía que irme, es doloroso pero se los debo a mis padres.
Subí los escalones y me senté junto a la ventana, yo tampoco quería llorar, es necesario para que ellos estén bien. Mire a mis padres por última vez y el tren empezó a avanzar, no sabía lo que me esperaba de ahí en adelante pero estaba decidida.

Me quedé dormida en el trayecto con rastros de lo que habían sido un sin fin de lágrimas en mi rostro, ya estábamos llegando, el sol ya estaba en su punto más alto, habían pasado por lo menos unas tres horas es asi como el chofer del tren grito que habíamos llegado a la parada de la ciudad, tome mis maletas para bajar del tren y me sorprendí al ver a un primo mio que no había visto asé mucho tiempo, era dos años mayor que yo, estaba justo frente a mi vagón salundandome con una evidente alegría en su rostro

-¡Gia que bueno que llegaste!- me abraza y se aparta con la misma alegría -escuche por mi tía que vendrías a la ciudad, me alegra tanto verte, estás mucho más alta ¿Que edad tienes?- toca su barbilla -¿unos veintitres?-

-Rick- lo abrazo de vuelta y sonrío -si ha pasado tiempo desde la última vez que nos vimos- lo miro y ladeó un poco la cabeza -¿mi madre te dijo que vendría? No te hubieras molestado en venir.

-admitelo, estarías perdida si no hubiera venido por ti- me mira de una forma orgullosa al saber que tiene razón -entonces, ¿Nos vamos?-

-si, bueno, tal vez hubiera estado un poco perdida- mire a otro lado para no hacerle saber que es cierto lo que dijo -¿A dónde vamos?- camino a su lado.

-a mi casa burris, ¿No tienes donde quedarte o si?- voltea a mirarme con obviedad.

-no, no tengo donde quedarme, pensaba alojarme en un Hotel o algo asi-

-¡Inaceptable! Aquí no es como el Pueblo, debes tener más cuidado Gia, aparte no es ninguna molestia que te quedes- sus palabras fueron de preocupación dejando un silencio largo, al poco rato hablo nuevamente -no sabes con que tipo de gente puedes encontrarte- su mirada se oscureció de la nada y cambio por completo aquella felicidad característica de el.

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⏰ Última actualización: Oct 28 ⏰

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