Pov Omnisciente.
Las calles nevadas de Rusia estaban abarrotadas de gente, cada quien en sus asuntos, pero entre la multitud de gente resaltaban dos individuos.
– Hace un buen clima ¿Verdad amo?.
Una mujer de tez pálida y ojos azules habló, sus cabellos rojos como la sangre estaban sueltos y caian como cascadas hasta la mitad de su espalda, la mujer usaba una vestimenta poco abrigada como si las bajas temperaturas no le afectaran.
– Tienes razón Vic, aunque el clima de Volterra es más de mi agrado.
La voz gruesa y suave del hombre hizo temblar a algunos que iban de paso, aquellas simples palabras con un acento marcado fueron dichas por un hombre de cabellos largos, negros como el carbón, tan largos que iban cuidadosamente peinados en una trenza que finalizaba un poco más arriba de sus rodillas, las vestimentas del azabache eran lujosas y pulcras , pero también luciendo antiguas en un patrón de color en rojo y negro al igual que las ropas de la mujer a su lado.
Sus ojos morados vieron a la gente pasar frente a él y olfateó el aire. Embriagantes aromas dulzones hicieron que su garganta se sintiera seca por segundos , pero así como llegó se fué.
– ¿Vamos por un pastel de chocolate? Me ha dado hambre.
– Voy a dónde usted vaya mi señor – con una dulce sonrisa la mujer siguió al azabache en busca del dulce – Irá está noche ¿No es así?.
– Por supuesto que si, ni loco dejo a mis preciados niños a merced de mafiosos.
– ¿Cómo sabe que lo son?.
– No nací ayer Victoria, con solo ver la manera en la que las amenazas estaban bajo mesa no hace que no me percate de las cosas, la directora estaba asustada.
– Como se esperaba del amo, siempre un paso delante ¿Quiere que lo acompañe?.
Entraron a la repostería que se volvió la favorita del pelinegro desde que llegó a Rusia la abuelita que atendía lo reconoció enseguida y no dudo en saludar al guapo caballero y a la hermosa dama.
– Oh, pero miren quienes llegaron ¿Tienen hambre mis niños?.
– Por supuesto abuela, tu pastel de chocolate es el único capaz de endulzar mi día – el hombre toma la mano arrugada de la señora con su mano enguantada y besa el dorso.
– Su repostería es sin duda alguna magnífica señora – halaga la pelirroja.
– Que par de jóvenes tan lindos, pasen y siéntense como en casa la casa invita.
– No es necesario bella dama, pagar sus delicias es lo mejor que podemos hacer.
Ambos se sentaron en el mismo puesto de siempre a mirar el paisaje nevado de las calles, los ojos de ambos vagaban por las distintas personas , escuchando los latidos alrededor de ellos y las distintas conversaciones.
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Rosas,Champagne y Sangre [Rosas y Champagne]
FanfictionEvan Salvatore, un famoso profesor de música inicia sus enseñanzas en Moscú, un día recibe una propuesta de tocar en una cena de gente importante, decide aceptar para proteger a sus alumnos de las personas que rodean esa cena y termina viendo entre...