Born to die • JeongCheol - GyuHan

unique

💋💋💋

— ¿Qué somos?

La voz temblorosa de JeongHan interrumpió el silencio de un momento a otro. El chico que lo sostenía con fuerzas entre sus brazos aflojó el agarre. JeongHan se tensó.

— Eres... Especial, Han.

¿Qué diablos significaba eso?

— Entonces... —JeongHan susurró, girandose hacia el chico que observaba el techo de la habitación—. ¿Me quieres?

— Sí —el otro chico ahora fijó sus ojos en el rubio—. Pero no de la manera en que quieres.

— No entiendo.

La confusión en los ojos de JeongHan se tornó tristeza y a esas alturas, sus ojos brillaban debido a las lágrimas.

El pelinegro se sentó e hizo que JeongHan hiciera lo mismo. Acarició sus mejillas y besó una vez más sus labios. JeongHan apenas procesó el contacto.

— Conocí a alguien.

Entonces todo se tornó lento, oscuro, pesado. Abrió la boca para decir algo, pero su voz no salía. Apenas pronunció un débil "no" y desvió la mirada hacia su cuerpo desnudo. El chico a su lado no se movió y parecía estar conteniendo la respiración, temiendo su reacción.

El ambiente se volvió tenso y JeongHan sintió unas ganas tremendas de lanzarse por la ventana de aquel departamento. Su corazón dolía a tal magnitud que llegó a creer que se le saldría por la boca. Talló sus ojitos en señal de desesperación y luego exhaló una risa.

Comenzó a reir en voz baja y luego el volumen de su voz aumentó. No pasaron tantos segundos para que JeongHan estuviera riendo a carcajadas.

— JeongHan...

— No, no —la voz grave de su amante lo sacó de su trance. Volteó a verlo y notó preocupación en sus ojos. Quiso golpearlo.

— Lo siento.

— No te disculpes —JeongHan se separó en cuanto el muchacho quiso tocarlo—. Yo malinterpreté todo.

— Eres especial para mi, Han, pero yo lo quiero a él.

JeongHan volvió a reír y comenzó a vestirse. Todo se sentía ajeno. Estaba flotando mientras su cuerpo actuaba por sí solo. Su mente maquinaba tantas palabras, tantos insultos, pero su quebrado corazón no permitía su desahogo.

Terminó de colocarse el cardigan rosa que Joshua le regaló y lo abrazó con fuerza. Necesitaba a su amigo en ese momento.

— ¿Te llevo a casa?

— No— su voz salió ruda—. No. Descuida, yo puedo irme por mi cuenta.

Volteó a verlo y notó la confusión que destilaban los ojos oscuros que tanto amaba. Suspiró y se acercó a él casi con duda, casi con decisión.

— Está lloviendo y quedé en verme con SeokMin—explicó ahora de manera suave—. Debo irme.

JeongHan apretó el hombro del hombre frente a él y le dedicó una sonrisa, una rota.

— Lo siento —volvió a hablar—. Eres increíble, Han, mereces el mundo, pero no te lo puedo dar.

JeongHan quiso reírse una vez más, pero se limitó a mirarle con burla.

— Está bien. De todas formas, no íbamos a funcionar—observó el suelo de la habitación—. Está todo bien.

— ¿Seguiremos siendo amigos?