Casa

3 0 0
                                    

A menudo veo casas en Pachuca, casas dentro de una privada. Imagino un jardín, veo como la luz entra por el tragaluz a la casa. Puedo sentir dentro de estas parades calma. 

No hay nadie en mi casa, nadie más que yo. Mis animales y yo. Frente a mis animales no tengo que fingir nada, simplemente me quieren como yo a ellos. En la soledad de mi casa puedo ser libre. 

Imagino que tengo un trabajo remoto, no voy a ninguna oficina. Puedo generar dinero sin tener que salir a convivir con gente que no conozco. Tengo tiempo libre, puedo pintar. Después de 28 años, al fin puedo pintar. 

Nunca debí de tratar de vivir del arte. Que idea tan errónea, yo no quiero producir arte para nadie ¿cómo voy a pintar para los demás si jamás he entendido a los demás? Quiero pintar para mí. En mi casa de Pachuca, imagino que pinto con mis animales. Preparo comida rica para que comamos felices todos. No quiero que haya cambios, ojalá que la felicidad fuera eterna. Algunos dicen que lo bueno de la vida es que nada es eterno. No hay dolor, carencia ni odio que sea eterno. Del mismo modo que no hay felicidad, dicha ni paz que sea eterna. 

Con frecuencia pienso en mi muerte ¿cómo se sentirá morir? Debe de sentirse liberador. Dejar caer la carcaza terrenal. Dejar de existir para comenzar a pertenecer. Pertenecer al agua, al sol, a la tierra. Moverse por inercia y no por convicción. Dejarte olvidar que alguna vez fuiste humano. Olvidar que alguna vez sufriste, reíste, amaste y perdiste. Supongo que morir es volver a ser naturaleza. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 13, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Casas en PachucaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora