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𝐏𝗋óᥣⱺ𝗀ⱺ: 𝐃𝖾𝗌𝖼ⱺ𐓣ⱺ𝖼𝗂ᑯⱺ𝗌

"𝑬𝒍 𝒎𝒊𝒔𝒕𝒆𝒓𝒊𝒐 𝒆𝒔 𝒖𝒏𝒂 𝒑𝒖𝒆𝒓𝒕𝒂 𝒄𝒆𝒓𝒓𝒂𝒅𝒂, 𝒍𝒂 𝒄𝒖𝒂𝒍 𝒅𝒆𝒃𝒆 𝒂𝒃𝒓𝒊𝒓𝒔𝒆 𝒑𝒂𝒓𝒂 𝒉𝒂𝒍𝒍𝒂𝒓 𝒕𝒐𝒅𝒂𝒔 𝒔𝒖𝒔 𝒎𝒂𝒓𝒂𝒗𝒊𝒍𝒍𝒂𝒔"

> Talia <

"Señores pasajeros, el vuelo K-22 desde la ciudad de Kiev, Ucrania, a Racoon City, Estados Unidos, ha aterrizado con éxito." - habló la azafata del avión donde iba, preparándome para bajar. -

Desde que viajé de Ucrania hasta aquí, ha sido una experiencia algo abrumante, por un lado, pude escapar del conflicto en mi país, pero por otro lado, estaba en otro país, otro continente, otro idioma, era distinto. Sabía inglés, pero ya estaba muy acostumbrada a solo usarlo en las clases del instituto. Pero decidí aclarar mi mente, más que todo, venía a cumplir mi sueño de ser policía.

Las casas y edificios pasaban por la ventana del taxi en el que iba, a mis cortos diecinueve años, estaba en otro lugar. Uno del cual no sabía nada.

Llegué al gran edificio en cuestión de minutos..."Escuela de Policía Racoon City.", o al menos eso decía el letrero. Me quedaría allí durante cuatro años, estudiando para luego trabajar como policía. Era como un sueño hecho realidad. Después de dejar mis maletas, en el patio principal una señora de cabello canoso vestida de violeta, habló en el micrófono.

- Buenas tardes, es un honor estar aquí como la nueva decana de la Escuela de Policía Racoon City, mi nombre es María Redfield, y me gusta mucho recibir a veinte reclutas nuevos de todos los países exteriores. - comentó la decana, con voz suave. -

Más tarde, entré de nuevo a la habitación, ahora acompañada por un chico algo afeminado, de cabello largo.

- Ah, no me esperaba tener un roomie, jeje...soy Talia. - comenté, con una leve sonrisa. -

- ¿Tú eres la rusa? Me han contado mucho sobre ti...ya sabes, los chismes vuelan...- comentó el chico, quien era algo más bajo que yo, y puso sus manos en su cintura. - Yo soy Mateo, un gusto.

Tuve que resistir mi mueca de fastidio cuando Mateo me llamó rusa, y hablé, sin problema.

- Vaya, parece que soy muy popular...y ya que los chismes vuelan, espero que sepas que soy ucraniana, no rusa. Sé que el acento suena parecido, pero no es lo mismo. - hablé, cruzando mis brazos.-

Mateo se puso rojo como tomate, y habló, bajando sus dedos por el puente de su nariz.

- Lo siento, sé el conflicto que hay entre los dos países y todo eso, pero no sé diferenciarlos bien...no fue mi intención. - manifestó Mateo, avergonzado. - Ahora debes estar super disgustada conmigo...

- No, no, no te preocupes, ya estoy acostumbrada. Pero solo te lo digo. - comenté, tranquilizándolo. -

Mateo y yo hablamos un buen rato, era bastante extrovertido, hablaba fuerte y tenía un acento español muy marcado, independientemente de estar hablando inglés. 

- Bien, eso es todo lo que debes saber sobre esta escuela, yo estoy de repitente, porque me lié con un profesor y casi me expulsan. - comentó Mateo, mientras se pintaba las uñas. -

- ¿Te acostaste con un profesor? ¿Era por una nota o algo asi? - pregunté, curiosa. -

- Bueno, no precisamente...pero si, me acosté con él, y casi me echan. - contestó el rubio, cruzando las piernas. -

En la noche, estaba en la parte de arriba de la litera, durmiendo, cuando de repente, un estallido me despertó, y parecía que a Mateo también.

> Carlos <

Mi respiración se incrementaba mientras me escondía tras esa piedra. ¿Cómo en tres meses pasé de trabajar en Umbrella creando medicamentos a estar combatiendo a las mismas criaturas que se crearon a partir de eso? Mi grupo caía, uno a uno, y eso que éramos veinte. Sujeté la metralleta con fuerza y empecé a dispararles a cada uno de los zombis, la ira invadiendo mi cuerpo, pero era ira conmigo mismo, por ingenuamente haber contribuido a esta catástrofe. Los estallidos continuaban, cada vez más fuertes.

"Piensas que cambiaste, pero en realidad eres el mismo"

Esas palabras que Jill me dijo antes de irse retumbaban en mi cabeza en bucle, tenía que cambiar, había cambiado, ya no era el mismo, no, ya no lo era, y jamás lo volvería a ser. A mis veinticuatro años, que no era una edad tan joven, pero si lo era para lo que estaba viviendo, supe que jamás volvería a ser esa persona.