Cap 1

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14 de Agosto de 2017
7:12 a.m

Lunes, el día más odiado posiblemente por toda la humanidad, el primer día de la semana, significado de ir a algún lado para morir de estrés, cansancio y ansiedad. Para mí, no era la excepción.

— ¡Keathon por el amor a Dios ya despierta, se te hace tarde! — Era mi madre gritándome al otro lado de la puerta, "ya voy", dije a duras penas. Me levanté con todas las fuerzas que tenía, que no era más de un 10% de mi energía.

Los rayos del sol se filtraban con un gran resplandor entre las blancas cortinas de mi habitación, todo se encontraba tan tranquilo, sólo podía sentir y escuchar el aire de la mañana. Abrí la ventana; sintiendo aquella brisa tan fresca que me envolvía de pies a cabeza, vivía en un pequeño fraccionamiento no muy lejos del centro de la Ciudad de México, cómo todos los días podía observar a las personas de aquella residencia salir de sus casas para ir a sus trabajos, escuelas ó ejercitarse. Había días en los que parecía como si viviera en una de esas películas cliché de Walt Disney donde te hacen creer que tu vida es maravillosa, cómo todo niño siempre creí que mi vida sería de esa forma, pero a medida que iba creciendo me dí cuenta que sólo es pura mierda. Me devolví a mi habitación para comenzar a buscar las cosas que necesitaría para hacerme alguien independiente, ó como a mi mamá le gusta llamarle, un adulto responsable.

...

7:42 a.m
— ¿Llevas todo en la maleta? ¿Camisas? ¿Pantalones? ¿Ropa interior? ¿Cepillo de dientes? ¿Libros? ¿Celular? ¿Lentes? ¿Cargador? ¿Lápiz? ¿Pastillas para la alergia, tos, calentura, vómito, diarr...
— ¡Sí mamá! Llevo todo lo necesario, no te preocupes — Mi tono era un tanto avergonzado y con desesperación, definitivamente ya se me estaba haciendo tarde. — El taxista me está esperando, madre.
Ella me miró con nostalgia pero con esa sonrisa que la caracterizaba, me tomó de las mejillas acariciándomelas con delicadeza, para después envolverme entre su delgados brazos con un fuerte abrazo. — Cuídate mucho, mi amor... Te extrañaremos todos los días, no te olvides de tu familia. — Dijo preocupada y desanimada.
— Por Dios Isabella, vendrá todos los fines de semana a vernos, incluso en sus días libres, no seas tan dramática, mujer. — Soltó papá en un tono burlón, mamá le dió un pequeño golpe por eso, y yo como buen hijo, me burlé. Nos dimos un último abrazo antes de que subiera al taxi.

8:05 a.m — Universidad
Se podían escuchar voces por todas partes, ante mis ojos solo se podía visualizar estudiantes caminando de un lado a otro con sus mochilas ó libros en mano, casilleros abrirse y cerrarse, maestros entrando a sus aulas para comenzar las clases, el lugar era gigante, me sentía tan pequeño entre todas esas personas, un escalofrío subió por todo mi cuerpo, estaba nervioso.
"Casillero 308"
Saqué la llave que me habían dado unos momentos antes en recepción cuando fuí a registrarme y entregar unos papeles. Introducí la llave pero, por alguna rara razón, ¡No se podía abrir! Mierda, ¿Por qué a mí? Pensé, comencé a desesperarme.
— ¿Me permites?
Me habló una voz amigable, lo observé de reojo antes de girarme por completo; era un chico bajo, de tez un tanto morena, ojos grandes de color avellana, pelinegro, con un leve rubor en sus mejillas, mostraba una amplia sonrisa. Sin esperar respuesta, se acercó a mí y quitó la llave de mis manos, en cuestión de unos segundos abrió el casillero, me avergoncé.
— Muchas gracias, lo siento, no sé qué me pasa hoy...
— ¡No te preocupes! Debes estar emocionado por tu primer día en éste lugar, seguro por eso estás ansioso, todo estará bien, tranquilo — Su actitud eran tan alegre, estaba comenzando a sentirme un tanto incómodo, era demasiada energía positiva para alguien como yo. — Mucho gusto, soy Ashton. — Extendió su mano amablemente.
— Soy Keathon... — Estrechamos las manos amistosamente.
— ¿Keathon? Vaya, que nombre tan raro, jamás lo había escuchado, es lindo, ¡Me agradas! — Hizo más amplia su sonrisa y su voz un poco más chillona, vale Keathon, tiempo de irse.
— Gracias Ashton, fue un placer conocerte pero me tengo que ir, mis clases empiezan en unos minutos. — Cosa que era verdad, estaba a nada de empezar mi primera hora, no podía darme el lujo de llegar tarde en mi primer día.
— ¡Mis clases están por empezar también! ¿Tienes especialidad de medicina? — Asentí ante su pregunta, genial, ¿Por qué tenías que ser tan sincero? Me regañé. Ahora el chico se encontraba sonriendo aún más, ¡Hombre, de verdad me estaba asustando! — ¡Perfecto! Significa que seremos compañeros en algunas clases y en ocasiones nuestros horarios coincidirán.
— Ah, eso parece, que bien ¿No? — Que doble cara era.
— Más que bien, significa que tengo un nuevo amigo — Me miró con entusiasmo, me tomó del brazo jalándome de el. — ¡Vámonos Keke! ¡Llegaremos tarde a nuestra primera clase! — Me dejé llevar.
Espera, ¿Amigo? ¿Ashton? ¿Keke? ¿A dónde vamos?  ¡¿QUÉ CARAJOS?!

...

11:40 a.m
— Jamás había visto unos platillos así, todo ésto se ve delicioso, ¿No lo crees Keke? — Habló Ashton mientras me observaba sonriendo.
— No lo voy a negar, en mi vida había presenciado una cafetería tan limpia y con comida decente. — Tomé una botella de agua y un sándwich.
Ashton y yo nos dirigimos hacia una mesa un tanto alejada de los demás estudiantes, habíamos pasado la mayor parte de las clases juntos, podría acostumbrarme a su presencia tan alegre, no era tan malo después de todo.
— Y dime Keathon, ¿Tienes hermanos? Ó ¿Hermanas? — Preguntó mientras le daba una enorme mordida a su waffle.
— Tengo dos hermanos, uno está en preescolar y el otro está terminando el bachillerato, yo soy el mayor.
— Me imagino que debe ser un poco difícil ser el hermano mayor, digo, los padres siempre te darán el papel del hermano ejemplar. — Me miró con una expresión extraña, no supe descifrarla.
— Uhmm, sí... En ciertas ocasiones es difícil ser alguien que cause buena impresión para los demás. — Suspiré pesadamente, realmente no me había puesto a pensar en aquello, ¿De verdad ya me había encontrado como persona? Ó ¿Sólo soy lo que los demás quieren que sea? De repente, mi cabeza comenzó a aturdirme, siento mi boca seca y nauseas, ¿Qué es ésta sensación?... Keathon... Keathon...
— ¡Keathon! — Gritó Ashton, haciéndome salir de mi trance. — ¿Estás bien? Te pusiste algo pálido.
— Uh, estoy bien, no pasa nada... — ¿Qué coño me pasó? — Iré por otra botella de agua, ¿Quieres otra cosa? — Lo ví negar.
Asentí en un movimiento lento, me alejé de la vista de Ashton, aún desconcertado, ¿Qué había sido eso? ¿Por qué me sentí tan raro? Durante toda mi adolescencia creí haber encontrado quien en verdad era, pero ahora, parece que sólo me engañé, hace tiempo que no me sentía de ésta forma, tan...débil.— .... Que estúpido. — Lo último que escuché fue un metal caer, y una sensación de dolor en mi hombro.

Fin del primer capítulo.

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⏰ Última actualización: Jul 13 ⏰

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