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—mini teme, hola, dattebayo —saludo el rubio al pequeño que iba al lado de su madre.
—hmp!, hola Naruto-chan —se burló el pequeño.
El rubio lo mató con la mirada, no le tomo mucha importancia, Naruto se acercó donde su madre, el pequeño estaba más concentrado en unos tomates, que, tentadoramente, lo llamaban, que en su madre.
"No dejes que ningún hombre se acerque a tu madre", recordó de pronto, su padre le había dicho que cuidara de cualquier hombre que se le acercara demás a su madre.
Miro hacia su madre y presenció la escena más horrible que sus jóvenes pensamientos vieron.
El dobe de Naruto, como le decía su papá, tenía sus manos en los hombros de su madre y su cara, su cara de idiota, estaba demasiado pegado a la de su queridísima madre.
Claro todo siendo demasiado exagerado a los ojos del niño.
—mamá, quiero ir donde mi papá —a la cara de Naruto refutó el mi.
La mujer lo tomo como algo tierno, se despido de Naruto y fueron a su hogar.
Mientras el rubio se quedó en seco, el pequeño lo había sermoneado, farsanteando, tal vez.
Sonó como advertencia.
Ese niño era todo un teme como su padre.
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