Prólogo

288 48 49
                                    

—No quiero, Jisung, no insistas más.

Seungmin repitió por cuarta vez, caminando tranquilamente por los pasillos de la universidad mientras revisaba aquella canasta donde guardaba sus galletas, cerciorándose que todas se hallaran en perfecta condición.

—¿Pero por qué no? —cuestionó Han Jisung, con la tarea de perseguir a su amigo. —El punto es que vendas tus galletas.

—Lo sé, pero para eso existe la hora de almuerzo, la cena, los refrigerios. —explicó, cerrando aquella canasta y enfocándose en su camino. —No tengo que ir a los salones y menos a específicamente la facultad de economía para buscar el salón donde casualmente están Christopher Bang y Seo Changbin.

—¡Su musica es increíble! —exclamó Jisung, sin poder reprimir una gran sonrisa ante su admiración y fanatismo. —¿Has visto como en el concurso musical del año pasado todos estaban esperando que aparecieran? ¡Ellos componen y producen los mejores beats y canciones que he escuchado! ¡Quizás no canten o bailen pero realmente son compositores geniales!

—¿Y...?

—Y... sería más que feliz si pudiera relacionarme con ellos de alguna manera. —Seungmin automáticamente sonrió un poco al sentir como su amigo abrazó uno de sus brazos con cariño y emoción.—Y aún más si uno de mis mejores amigos me ayudara con eso.

Inevitablemente, el castaño se detuvo, suspirando con cierta derrota al verlo tan alegre.

—No creo que vender galletas conmigo te ayude con eso.

—No lo hace. —afirmó sonriendo. —Pero quizás si vendes en el salón donde ellos están justo ahora alguien cercano o incluso uno de ellos puede comprarte algo y si lo hace yo te ayudaré y de alguna forma u otra sabrán de mi existencia. —la emoción de aquel delgado chico era claramente notable en su agudo tono de voz y su manera de aferrarse cada vez más al brazo contrario. —Nada puede salir mal.

—Ya entendí porque te ofreciste hoy en ayudarme a vender cuando nunca lo haces.

—¡Estoy siendo justo! —se defendió, ganándose la pequeña risa del menor. —¡Tú me ayudas y yo también!

—Hyunjin me ayuda sin pedir nada.

—Pues que yo sepa, yo estoy aqui y él no.

—¿Quién dice que no?

Ambos chicos voltearon al reconocer aquella voz, pudiendo ver a Hwang Hyunjin acercarse desde sus espaldas.

Con su usual largo cabello negro, aquellos lentes sin medida que usaba de vez en cuando y sus típicos audífonos al rededor del cuello, vistiendo una camisa blanca holgada con un pantalón gris mientras cargaba su mochila en la espalda.

Sí, Seungmin a veces envidiaba que Hyunjin fuera capaz de lucir increíblemente bien con lo más simple del universo.

—Perdón por llegar tarde. —Seungmin sonrió un poco cuando Hwang le removió el cabello al pasar cerca. —La profesora se demoró demasiado en acabar la clase. ¿Cómo vas?

El menor miró su canasta de reojo por un pequeño espacio en esta.

—Bien, creo. Me faltan unas quince, pero bien. —sonrió, elevando la mirada para poder mirarlo. —Los de basketball me compraron hace un rato.

—Nadie te debe nada. ¿Cierto? —cuestionó, mirándolo a los ojos. —Porque sabes bien que si te da vergüenza o alguien simplemente no quiere pagarte yo-

—Estoy bien. ¿Si? —interrumpió abruptamente, sonriendo un poco con la intención de transmitir seguridad. —No debes actuar como el típico mejor amigo sobreprotector.

What do you even know || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora