Nuestro Comienzo

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El sol se estaba poniendo sobre la costa mediterránea, arrojando un cálido resplandor anaranjado sobre las bulliciosas calles de Barcelona. Richard Ríos, un futbolista colombiano de 24 años, bajó del autobús y estiró su cuerpo alto y atlético. Acababa de llegar a la ciudad, ansioso por comenzar su nueva aventura con el FC Barcelona, uno de los clubes de fútbol más prestigiosos del mundo.

Mientras se dirigía a la Ciudad Deportiva Joan Gamper, donde se entrenaba el equipo, Richard no podía evitar sentir una mezcla de emoción y nervios. Para él, era un sueño hecho realidad y estaba decidido a aprovecharlo al máximo.

Mientras tanto, Bruna Vilamala, una futbolista española de 22 años, se apresuraba para llegar a su propia sesión de entrenamiento con el equipo femenino del FC Barcelona. Era una Delantera talentosa, conocida por su velocidad y agilidad en el campo. Pero fuera del campo, Bruna luchaba por equilibrar su exigente agenda futbolística con sus estudios universitarios. Sus padres, ambos profesores de la Universidad de Barcelona, siempre habían enfatizado la importancia de la educación, y Bruna se sentía culpable por no poder dedicar más tiempo a sus estudios.

Al doblar una esquina, Richard chocó con una chica que iba corriendo en dirección contraria. Richard, disculpándose, extendió la mano para ayudarla a sostenerse y sus miradas se cruzaron por primera vez.

"Lo siento", dijo Richard con su marcado y marcado acento colombiano. "Lo siento mucho".

Los ojos de Bruna brillaron divertidos. "No pasa nada", respondió con su musical acento español. "Está bien".

Por un momento, se quedaron allí, tocándose las manos y mirándose a los ojos. Richard quedó impresionado por la belleza de Bruna: su pelo largo y oscuro, sus brillantes ojos cafés , su sonrisa radiante. Bruna, por su parte, quedó cautivada por los rasgos cincelados de Richard, sus penetrantes ojos miel y su encantadora sonrisa.

"Richard Ríos", dijo, presentándose.

—Bruna Vilamala —respondió ella, con su voz apenas por encima de un susurro.

Mientras intercambiaban disculpas y presentaciones, Richard y Bruna no pudieron evitar sentir una conexión extraña e inexplicable. Era como si su colisión hubiera desencadenado algo más profundo, algo que iba más allá de un simple accidente.

Lo que no sabían es que sus vidas estaban a punto de entrelazarse para siempre.

El Héroe De Mi Corazón - Richard Ríos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora