Richard y Bruna se quedaron allí un momento, todavía tomados de la mano y mirándose a los ojos. Los sonidos de la ciudad se desvanecieron en el fondo mientras compartían un entendimiento silencioso.
Finalmente, Richard rompió el hechizo y soltó la mano de Bruna. —Debería dejarte ir —dijo sonriendo—. Tienes prisa y no quiero que llegues tarde a tu entrenamiento.
Bruna asintió y sus mejillas se sonrojaron levemente. "Sí, debería irme. Pero fue un placer conocerte, Richard".
—El placer ha sido mío, Bruna —respondió Richard, con las comisuras de los ojos arrugándose—. ¿Quizás nos veamos por ahí?
La sonrisa de Bruna vaciló por un breve instante antes de recuperarse. "Sí, tal vez".
Mientras se separaban, Richard no pudo evitar ver a Bruna desaparecer entre la multitud. Sintió una extraña sensación de decepción, como si le hubieran negado algo valioso.
Mientras tanto, Bruna aceleró el paso, recordando en su mente el encuentro con Richard. No podía creer lo mucho que había disfrutado de su breve conversación. Había algo en su cálida y genuina sonrisa que la había tranquilizado.
Al llegar al campo de entrenamiento, su entrenador, Pep, la recibió con expresión severa: "Bruna, ¡llegas tarde! ¿Qué pasa?".
Bruna respiró profundamente, intentando quitarse de encima la sensación persistente de la presencia de Richard. "Lo siento, Pep. Me he retrasado. No volverá a pasar".
Pep enarcó una ceja. "Que no se haga. Ahora, vamos a empezar. Tenemos mucho trabajo por hacer antes del próximo partido".
Bruna asintió, concentrándose en la tarea que tenía entre manos, pero su mente seguía yendo hacia Richard, preguntándose si sus caminos volverían a cruzarse pronto.
Más tarde esa noche, Richard llegó al centro de entrenamiento del equipo, todavía pensando en Bruna. Se sorprendió al encontrar a sus nuevos compañeros de equipo reunidos en el vestuario, charlando y riendo.
Uno de ellos, un jugador alto y flacucho llamado Sergi, se le acercó y le dijo: "Hola, Richard. Bienvenido al equipo. Estamos encantados de tenerte a bordo".
Richard sonrió, sintiéndose parte del grupo. "Gracias, Sergi. Estoy emocionado de estar aquí".
Sergi asintió. "Entonces, ¿qué opinas del Barcelona hasta ahora?"
Richard pensó inmediatamente en Bruna. "Es increíble", dijo con voz llena de convicción. "Ya he conocido a alguien que me ha alegrado el día".
Los ojos de Sergi se iluminaron con curiosidad. "¿Ah, sí? ¿Quién es la afortunada?"
Richard dudó, sin saber cuánto revelar. Pero algo en la actitud amistosa de Sergi lo tranquilizó. "Se llama Bruna Vilamala. Nos encontramos por la calle esta mañana".
Sergi arqueó las cejas. "¿Bruna Vilamala? ¿La delantera del equipo femenino?"
A Richard le dio un vuelco el corazón. —Esa es. ¿La conoces?
Sergi asintió. "Sí, hemos jugado juntos algunos partidos benéficos. Es una jugadora increíble y una persona aún mejor. Eres un tipo afortunado, Richard".
Richard no pudo evitar sentir una sensación de orgullo y emoción. Tenía la sensación de que su encuentro con Bruna era solo el comienzo de una hermosa aventura
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El Héroe De Mi Corazón - Richard Ríos
FanfictionRichard Ríos, un talentoso futbolista colombiano de 24 años, viaja a Barcelona para unirse al FC Barcelona. Mientras tanto, Bruna Vilamala, una futbolista española del equipo femenino del FC Barcelona, se encuentra abrumada por sus estudios universi...