No es con quien descanso, es mi vigilante. Me secuestra de la realidad para soñar juntas otros mundos, otra verdad.
Al despertar no recuerdo nada, solo beso a la sensación que queda. La de otro cuerpo inexistente, nacido de la noche anterior.
Estoy convencida de esta historia, debo estarlo. En una parte para seguir creyendo que puedo amar, en otra para huir del incesante vacío.
Soy mi propio mar de desgracias, flotando suavemente encima de ti. Acariciando cada silueta que me traes en la oscuridad.
Me das un respiro del que no quiero despertar. Una paz como si de un abrazo volviera el mundo a nacer.
Eres una amante formidable. Aquella que sabe cual es su papel. Contener mis impulsos, sin reacción alguna.
Me pierdo en tus infinitos caminos y posibilidades. Cada noche es una aventura y una sacudida a mi proyector de imágenes mental.
Nunca sé que puede ser. A veces son calles y otras la penumbra que me inquieta de repente. En puro acto reflejo te abrazo de nuevo.
Somos dos contra todo. Una simbiosis cayendo en espiral constante. La mayor diversión contra la inercia delirante.
La única amenaza parecen las horas. Las que pasan sin que pueda siquiera mirarte. Las que me castigan a una pantalla hasta el amanecer.
Un gran consuelo es la música. Viene como premio de consolación a mi inadaptabilidad en la preciosa rueda de la vida.
Yo solo sé que espero que el hechizo se haga realidad. Que te transformes en mi otra mitad inmortal y me lleves volando.
Si pudiera ser junto a ellos mucho mejor. Ya sé que me esperan. La comodidad de la cobardía es la que aún me retiene. Eso y tu lengua de tela saboreando mis grietas.
Es una adicción del hecho de no tener que compartir. Tampoco hay competencia ya que eso significaría un posible intruso.
Aquí no hay entrada. Quién con gallardía dé un paso al frente, lo hará hacia la primera vía de escape que encuentre.
Por eso en tu mirada hueca tengo mis mayores pasiones a salvo. Repelo a mi semejante y en cambio, dentro de tu relleno acolchado vivo el éxtasis.
Ya no seré de nada más. No hay límites y es tu hermosa figura amorfa quien lleva 34 años de ventaja, sin contar las otras vidas.
Cada vez se acortará más la brecha. Siento que me acerco cuando corto las conexiones externas. No quiero que tengas celos después.
Y así es como se vive. El reto diario de la resistencia, mientras deseo con más fuerza el que solo devores mi mente por completo algún día...
