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ECHOES OF THE OCEAN , 005 ; Se Nuestra Estrella
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Al principio, la idea de compartir un espacio con una celebridad era de lo mejor que pudo haber pasado. Dos semanas después, ya no tanto.
Cada mañana lo primero que (nombre) escuchaba era la melodía—o más bien, ruido—de varios instrumentos y una voz. Aunque era linda, sentía que su cabeza iba a explotar de lo fuerte que era, sin mencionar las repetidas ocasiones que la escuchaba.
Sus prácticas les tomaba tanto tiempo a los chicos que dejaron de existir los desayunos juntos, las noches de juegos, ni siquiera estaba segura de si habían visto la luz del día.
—¿Qué piensas?—Heizou habló del otro lado de la mesa, sacándola del trance en el que estaba.
—Nada, escucharlos tocar las mismas dos canciones ya me tiene harta.—carcajeó.
—Ve el lado bueno, somos los primeros en escucharlas.—el pelivino sonrió, causando la misma reacción en su contraria.—Vámonos de aqui.—el mayor se levantó de la mesa e hizo un gesto con su mano para que la chica lo siguiera, a lo que ella asintió con la cabeza.—Sí, vámonos.
