Burn With Fire (Yeongyu)

8

 Yeonjun

Mi piel estaba caliente y los músculos flojos por haber pasado la mayor parte del largo día en el barco bajo el sol abrasador.

Después de que el cielo se oscureciera y mi estómago estuviera lleno de perritos calientes a la parrilla y de la tan necesaria cerveza después de ver a Beomgyu todo el día con Taehyun, arrastré mi culo hasta las escaleras y comencé a caminar por el pasillo. Necesitaba una ducha y luego tenía toda la intención de caer de bruces en mi cama. Al acercarme a mi habitación, me detuve al ver un cuerpo acurrucado que yacía al otro lado del pasillo de mi puerta, envuelto en mi manta.

Me acerqué al pasillo, me detuve y enarqué una ceja cuando unos ojos azules se cruzaron con los míos. —¿Qué demonios estás haciendo, Beomgyu?

Simplemente se sentó y señaló hacia la puerta de Taehyun. Mi ceño se frunció justo cuando un gemido se filtró por la puerta. —¿Taehyun está ahí con una chica?

—Sí—. Beomgyu se dejó caer contra la pared, frotándose los ojos cansados. —Nunca seré capaz de borrar la imagen de una chica sacándole la polla e invitándome a unirme a ellos—. Se estremeció, y yo fruncí el ceño. No quería pensar en que Beomgyu se enrollara con alguien, especialmente si se trataba de Taehyun. También me enojaba que mi hermanastro hubiera dejado a Beomgyu sin un lugar donde dormir.

Dudé mientras consideraba mis opciones. No podía dejarlo en el puto pasillo, aunque no le debiera una mierda. Rechinando la mandíbula, me giré y abrí mi puerta que supongo que había olvidado cerrar, lo que explicaba cómo Beomgyu me había robado la manta. —Vamos.

Beomgyu se burló detrás de mí. —No, gracias.

Me di la vuelta, no estaba de humor para lidiar con su actitud. Las circunstancias no eran ideales para ninguno de nosotros, pero al menos me ofrecí a darle un lugar para pasar la noche. —¿Prefieres dormir en el pasillo, escuchando eso?

Las cejas de Beomgyu se levantaron. —Prefiero entrar y follármela yo mismo.

Sin responder al estúpido comentario, rechiné las muelas porque estaba siendo un imbécil. Girándome, empujé la puerta para abrirla y luego volví a girar. Agarrando ambos extremos de la manta, que estaban convenientemente envueltos alrededor de Beomgyu como un cabestrillo gigante, y lo arrastré por el pasillo.

—¿Qué demonios estás haciendo? Suéltalo—. Beomgyu gruñó, tratando de agarrar algo, cualquier cosa, para agarrarse al brillante suelo de madera, lo que me daba ventaja. —Maldita sea, Yeonjun, suéltame.

Sin molestarme en responder, lo arrastré hacia la habitación y cerré la puerta de golpe. —Puedes hablar con el idiota de mi hermanastro mañana. Esta noche, puedes dormir aquí.

—Eres muy generoso—. No parecía agradecido en absoluto mientras se desenredaba de la manta y se puso en pie. —Pero como he dicho...

—¿Sabes lo que pienso?— Lo interrumpí. —Creo que tienes los calzoncillos apretados porque todavía quieres mi polla, y estás muy enojado por ello—. Algo que entendía completamente. Odiaba a Beomgyu tanto como quería estar enterrado hasta las pelotas dentro de su inteligente boca y su culo redondo.

Beomgyu frunció el ceño. —Y una mierda que sí. Te lo dije, joder contigo fue un error y no volvería a ocurrir.

Me quité la camiseta y me despojé de los calzoncillos, quedando desnudo, sin dar dos mierdas. —Y ya te he dicho que no tienes nada de qué preocuparte. Ya no estoy metido en esto, e incluso si lo estuviera, no te follaría—. La mentira rodó fácilmente por mi lengua.