Por cada paso que daba, se le hacía más difícil respirar, estaba cansado y su visión era borrosa, sus músculos quemaban, llevaba varios días luchando, había sido envenenado en Impel Down por Magellan, inyectado de esteroides y golpeado por varios almirantes, todo en un intento de salvar a su hermano, pero ahora veía todo su esfuerzo irse a la mierda por 4 simples palabras. ¡Carajo Ace!, como eres de bruto, siempre había sido así, desde que eran niños Ace nunca le dio la espalda a ninguna batalla, la única manera de hacer que se detuviese era para protegerlo a él o a Sabo, pues su amor por ellos era más grande que su orgullo...Sabo, si el estuviera ahí, seguro sabría que hacer, pero... ¿y si estuviera?
- ¡ACE!¡SABO ESTA VIVO!
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Eso fue suficiente para que el pecoso ignorase las palabras de Akainu, para que ignorase a todos.
- ¿Qué? - los ojos grises del mayor se enfocaron en Luffy, ¿Sabo estaba vivo? ¿Sabo? ¿SU SABO? ¿Aquel chico de sonrisa sincera que lo saco desde lo más profundo de la oscuridad que le consumía? ¿Ese Sabo que le decía que no fuera tan rudo con Luffy? ¿Ese por el cuál había llorado tantas noches? ¿Ese Sabo? ¿Su hermano?
El campo de batalla se silenció, todos bajaron sus armas y dejaron de luchar, la atención se centraba en los hermanos, los combatientes estaban curiosos, sobre todo la barba blanca pues conocían al pecoso y sabían que nada de lo que dijeran lo haría cambiar de opinión.
Grande fue su sorpresa cuando el azabache tomo la mano de su hermano y volvió a correr, sus ojos se vieron inundados por lágrimas misteriosas que pronto empezaron a resbalar por sus pecosas mejillas, sus labios temblaban ligeramente, algo poco perceptible para los más lejanos a la dupla; durante unos segundos todos quedaron shokeados, para luego copiar la acción de los hermanos y darse a la huida, luego tendrían tiempo para pedir explicaciones.
El día era hermoso, las nubes predecían un cielo despejado, el viento soplaba con fuerza y los movimientos de las olas eran perfectos para navegar, aun así, la cabeza del único tripulante de aquel pequeño bote era una gran tormenta llena de pensamientos oscuros que chocaban entre sí, generando truenos de nerviosismo, alumbrando las agitadas aguas del sentimiento de culpa y remordimiento creando un remolino de preguntas donde el ¿por qué? resaltaba más que cualquier otra.
Hace apenas unas horas, el New Coo había llegado a la base de los revolucionarios, por lo que todos estaban reunidos para conocer las noticias de la semana, a cada uno se le repartió una copia y pronto empezaron a comentar sobre estás.
-¿Tú que opinas Sabo-kun?
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Silencio
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Mentira Piadosa
RandomCuando era niño, a Luffy le enseñaron que mentir era malo, algo innecesario en realidad, pues su corazón era tan puro como para no entender la maldad del mundo, tan puro como para no entender el poder de una mentira, pero a veces las palabras surgen...